El conseller d'Hisenda i Pressuposts, Joan Mesquida, presentó ayer
en el Parlament la primera fase del Plan estratégico de fomento de
la competitividad de Eivissa y de Formentera. De la recogida de
datos efectuada por el Govern se han extraído las ventajas y los
inconvenientes que presentan los diferentes sectores económicos,
fuertemente marcados por «la estacionalidad de la actividad»,
señaló Mesquida.
En el aspecto de la competitividad turística, la estacionalidad
«no hace rentable la inversión en mejoras de infraestructuras como
piscinas climatizadas o calefacción», señaló en conseller, lo que
resta calidad al hotel en general. Mesquida considera que Eivissa
debe atraer a un visitante «de mayor categoría» por lo que cree
«excesiva» una cifra del estudio, que revela que «el 91% de los
hoteles de la isla son de dos a tres estrellas». Además, el informe
revela que la media de establecimientos de categoría baja es en
Eivissa del 44% frente al 33% de media balear.
A pesar de estas cifras, la conclusión general de esta primera
parte del estudio es que el modelo económico de Eivissa «es
competitivo» pero con un problema «de sostenibilidad a medio plazo
asociado al ritmo de crecimiento que ha mostrado en los últimos
años». No se puede decir que Eivissa no sea competitiva «si bien el
actual modelo de crecimiento basa sus posibilidades de desarrollo
en la ocupación del territorio y un consumo de recursos naturales,
una tendencia que se ha moderado en los últimos años pero que
continua caracterizando la actividad productiva», explicó el
conseller.
Otra de las limitaciones importantes de Eivissa es la escasa
formación de su población por lo que el conseller cree que se deben
fomentar los estudios.
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