Puede que a muchos la palabra Kitesurf no les diga nada, pero para los iniciados y aficionados al mundo de los deportes náuticos, especialmente el windsurf y todas sus variantes, sí. Esta modalidad, cuya práctica se remonta tan sólo tres años atrás y se sitúa en las costas hawaianas, se caracteriza por utilizar una pequeña tabla de windsurf y una cometa hinchable o parapente conectado al arnés de la persona, y por poder practicarse con rachas suaves de viento, algo que en otras modalidades no es posible.

David Alvelino Cardona, es uno de los precursores de este deporte en Eivissa, donde pretende darlo a conocer a través de la distribución de la marca de material RRD. «La idea es que cada cometa que venda vaya acompañada de un cursillo previo porque este deporte es muy peligroso y es imprescindible dominar el material y tener unos conocimientos básicos antes de ponerse a practicar. Hay que tener mucho respeto al mar y al viento», explicó. Para Alvelino, windsurfista antes de decantarse por el kitesurf, el principal atractivo y ventaja de este nuevo deporte es que «puedes volar más con mucho menos viento y como no vas enganchado a ninguna embarcación puedes hacer los movimientos y saltos a tu aire. Lo importante en el kitesurf no es la velocidad, sino el salto, porque es un deporte pensado para volar», comentó.

Para los practicantes de windsurf o snowboard se trataría tan sólo de adaptar sus movimientos y figuras a las nuevas condiciones en las que el deportista se libera de bastante peso y puede salir a la mar con velocidades eólicas de 9 a 12 nudos con cometas de diferente tamaño: «Cuanto menos viento haga, más grande tendrá que ser la cometa y viceversa», detalló David, quien es capaz de saltar hasta 8 metros cuando los vientos soplan a gran velocidad. El precio de un equipo básico de kitesurf, conocido también como flysurf y como el sustituto del windsurf, formado por la tabla y la cometa asciende alrededor de 1.953'29 euros sin contar con otros accesorios.