Obras ilegales producto del caos urbanístico, la ausencia de
delimitación de las calles sin asfaltar, problemas medioambientales
por los vertidos de una de las cuatro depuradoras o la falta de
alumbrado público son algunas de las carencias que padecen los
vecinos de Cala Tarida, un núcleo urbano de Sant Josep donde vive
un millar de personas en invierno, aunque en verano supera las
6.000. Las necesidades básicas de urbanización constituyen unos de
los principales problemas que ha ocasionado «graves
irregularidades».
Los vecinos denuncian que la falta de medidas que delimitan las
calles y la urbanización de la zona han llevado a «una situación de
caos urbanístico caracterizada por la apropiación por parte de
numerosos particulares de terrenos públicos». En el caso de una de
estas obras de vallado de una finca, que ha invadido el suelo
público, hay una orden judicial de demolición de la obra que aún no
se ha materializado. Según recoge la secretaria de la Asociación de
Vecinos de Cala Tarida, Begoña Riballo, el Ayuntamiento conoce
estas actuaciones «pero no ha tomado ningún tipo de medida para
delimitar el perímetro de actuación de estas obras».
Un paseo por este núcleo urbano permite comprobar las
peculiaridades de este enclave: calles laberínticas que no tienen
nombre, sin asfaltar, con el consiguiente riesgo de caídas, y donde
es casi imposible recibir una carta. «El cartero que viene nos hace
un favor», apunta Riballo. Cansados de «recibir largas
municipales», según asegura la Asociación de Vecinos, éstos han
decidido denunciar la situación de abandono. La cesión a los
vecinos de una sede es una vieja reclamación que se remonta a hace
cinco años.
«Queremos que se impartan clases, un lugar donde se deje el
correo, actos culturales y talleres. Pedimos un punto de encuentro
para los vecinos y donde los niños hagan actividades», demanda la
secretaria de la Asociación. Los vecinos no descartan iniciar
medidas de presión contra el Ayuntamiento «por la dejadez y apatía
que demuestra hacia las necesidades básicas». Por su parte, el
concejal de Urbanismo de Sant Josep, Josep Marí Ribas, afirmó que
los presupuestos incluyen una partida de 72.121'45 euros para la
primera fase de urbanización de la zona y 150.253'03 euros para la
compra de terrenos para la sede de los vecinos.
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