«Si a un obrero de la construcción le salen callos en las manos a
nosotros nos salen callos en las cuerdas vocales al utilizar la
voz», explica una profesora de secundaria, aquejada por los nódulos
en las cuerdas vocales, que se encuentra en tratamiento con un
logopeda. Una enfermedad que han padecido la mayoría de los
profesores en algún momento de su vida laboral, pero que nunca
degenera en una lesión maligna.
Mariví Mengual, del STEI, uno de los sindicatos que demanda que
se reconozcan los nódulos como una de las enfermedades
profesionales que afecta al sector de la enseñanza, lamenta que la
modulación de la voz no se trate en el plan de estudios del
profesorado. «Es un trabajo donde se fuerza mucho la voz, al estar
hablando cuatro o cinco horas al día», explica Mengual.
El otorrino Luis Conill, del hospital Can Misses, es uno de los
profesionales que trata este tipo de problemas muy frecuente en el
ámbito de la enseñanza. «Los nódulos en las cuerdas vocales son
patrimonio de las personas que utilizan la voz con frecuencia, pero
la usan mal», explicó el doctor Conill. Si no son muy grandes las
lesiones, se pueden tratar con tratamiento conservador que es la
foniatría, una rehabilitación de voz; y, si son muy grandes, con
cirugía. La intención del IB-Salut es contratar a un foniatra, ya
que el único especialista en la sanidad pública se encuentra en
Palma.
Además de los médicos especialistas en foniatría, los logopedas
también desarrollan un papel importante para los afectados por este
problema. La logopeda María José Vidal atiende muchos casos en su
consulta. «Hay mucha gente que hace un mal uso de la voz. No
respira bien, porque hace una respiración superior en vez de hacer
trabajar más al diafragma», explica la logopeda.
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