o ha venido mucha gente, notamos más afluencia en las dos primeras semanas del año. Sinceramente, pensábamos que íbamos a tener más aglomeraciones en estos últimos días». Alfredo Ballesteros es el subdirector de la sucursal de Caja Madrid en la avenida Bartomeu Roselló de Eivissa, donde la afluencia de clientes ayer fue «como la de un día normal», matizó. La peseta se despide hoy de los monederos definitivamente, aunque el grado de asimilación del euro ha sido tan alto en general que casi no se va a notar que esta jornada va a ser la última en la que se podrán efectuar los pagos con la peseta. Una moneda que deja de circular después de 133 años de vida.

«Quizá han venido más personas que querían desprenderse de las últimas monedas que tenían olvidadas en las huchas pero tampoco creo que responda a que mañana -por hoy- sea el último día en que circule la peseta». Javier Aguilera trabaja de cara al público en la caja de la oficina del BBVA de Isidor Macabich. El subdirector de la sucursal de Caja Madrid señalaba a este respecto una anécdota: «Algunos han roto la hucha y nos han traído monedas de todo tipo, incluso las que ya habían dejado de circular hace tiempo, como las de cinco duros de color plateado».

En ambas entidades piensan que el último aluvión de personas que cambien pesetas se producirá antes del 30 de junio, «cuando ya sólo lo puedan hacer después en el Banco de España». Hasta entonces se podrán realizar ingresos en pesetas que automáticamente se traducirán en euros en las libretas. Precisamente por ello aunque ya no podrán circular, «muchos negocios incluso acogerán pesetas porque saben que hasta el 30 de junio las podrán ingresar en los bancos como euros», concluyó Ballesteros.