Las conselleries de Medi Ambient y de Indústria controlarán que la
actividad que se desarrolla en la cantera de Can Orvay (Sant Josep)
se ajusta a los requisitos impuestos por la única licencia que
tiene la empresa explotadora, concedida hace décadas por el
Ministerio de Industria. A este compromiso llegaron el pasado
jueves responsables de ambas conselleries con los miembros de la
junta directiva de la asociación de vecinos de es Recó, que durante
las últimas semanas han recrudecido sus quejas contra esa
actividad, ya que les ocasiona numerosas molestias y pérdidas
económicas.
Los responsables de Medi Ambient e Indústria aseguraron que en
las próximas semanas intentarán hacer cumplir a rajatabla la ley
para minimizar los innumerables problemas que provoca la cantera.
«Lo que nos han prometido es muy interesante», señaló ayer José
Luis Palacios, miembro de la junta directiva de la asociación. Los
vecinos quedaron «muy satisfechos» con las medidas que se llevarán
a cabo, que pasan por obligar a la empresa a «hacer las cosas
bien», por ejemplo, a no ocasionar polvo, regar los caminos, evitar
al máximo los ruidos y controlar las descargas, entre otras
actuaciones.
Las protestas derivaron el pasado 14 de septiembre en una
manifestación en la que se llegó a cortar el acceso a la
instalación minera. Los residentes en la zona aseguran que muchas
de las grietas que se aprecian en sus viviendas son fruto de los
movimientos sísmicos que provocan las voladuras. Éstas son tan
violentas que los pedruscos incluso alcanzan las zonas habitadas y
ocasionan desperfectos. El inventor Adriano Trímboli es uno de los
afectados: los proyectiles han destrozado muchas de las placas
solares de sus innovadores proyectos.
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