GUILLERMO ROMANÍ La segunda fase de las obras de soterramiento de las líneas aéreas de es Pujols ha finalizado pero tanto desde el Ayuntamiento como desde la empresa adjudicataria de las obras, Elecnor, existe una gran preocupación porque un gran número de vecinos y propietarios de locales de la zona no han cumplido la parte del compromiso para hacer factible la supresión de los tendidos. El problema está en que los particulares no acometen las obras, a las que se comprometieron en su día para conectarse a la red eléctrica soterrada, lo que imposibilita la supresión de la gran mayoría de los tendidos eléctricos.

El responsable municipal de obras, Jose Ramón Mateos, ha mostrado su preocupación por la respuesta vecinal. «Después del esfuerzo realizado por técnicos, empresas e instituciones los vecinos no están respondiendo como deberían», señaló. El concejal considera que no se podrán retirar la mayoría de los tendidos aéreos que preveían poder suprimir antes del inicio de la temporada turística.

La primera fase de las obras, valoradas globalmente en 54 millones de pesetas e incluidas dentro del Plan Mirall de 1998, se concluyó en la Semana Santa pasada. Sin embargo, sólo han podido ser retirados unos doscientos metros de tendidos aéreos debido a que los particulares no acometen las obras que les corresponde. El soterramiento en la vía pública era tarea del Consistorio, mientras que a partir de la zona delimitada por la acera y el muro o valla de la propiedad privada ha de ser el propietario el que se encargue de efectuar la conexión hasta el cuadro de protección de instalación.

Las quejas por parte de las empresa Elecnor; de Gesa y Telefónica, como propietarias de los cableados y de las instituciones que se adhirieron al soterramiento, dentro del Plan de Excelencia para la mejora de es Pujol, se centran en que el soterramiento está finalizado pero no se pueden retirar los postes, las torres ni el cableado aéreo porque los vecinos no se han conectado.