El recinto ferial acogió ayer por la tarde un simulacro de accidente de tráfico en el que participaron todos los cuerpos de seguridad. Efectivos de Cruz Roja, bomberos, Policía Local, policía nacional, Guardia Civil y el 061 formaron parte del despliegue que se acometió para socorrer a los accidentados.

A las siete en punto de la tarde en la explanada adjunta al recinto ferial se produjo un hipotético choque entre un vehículo mono volumen y una motocicleta. En total cinco víctimas, dos de ellas se encontraban tendidas en el suelo y las otras en el interior del vehículo. La alarma sonó. Se necesitaba asistencia urgente. El sonido de las sirenas hizo acto de presencia pasados unos minutos. Las primeras en llegar fueron las ambulancias, acompañadas por la Policía Local. Después llegaron los bomberos, la policía nacional y cuatro unidades motorizadas de la Guardia Civil. Era un accidente ficticio pero las fuerzas del orden actuaron como si las víctimas fueran reales. La sincronización entre los distintos cuerpos de seguridad era fundamental.

Las víctimas que yacían en el firme fueron inmovilizadas para que el traslado hasta la ambulancia no les provocara lesiones mayores. Se les suministró oxígeno, suero y se les dieron masajes. No se podía perder ni un minuto porque su vida estaba en juego. Un médico guiaba a los auxiliares de Cruz Roja y un coordinador de la organización daba instrucciones sobre los movimientos que tenía que desempeñar cada uno, tanto a los voluntarios como al resto de fuerzas de seguridad.

Tras la evacuación se ofreció el primer parte médico: dos heridos graves, dos muy graves y uno leve. A los primeros les trasladaron a la Policlínica del Rosario y a los segundos a Can Misses. El simulacro había concluido.