El grupo de teatro CEPAC nació sin un afán de profesionalidad y con el tiempo se ha consolidado. Foto: K.T.

Tal día como hoy, el 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un texto vigente desde entonces para hacer frente «a la barbarie de ultrajes contra la conciencia de la humanidad», y que desde entonces numerosos colectivos y organizaciones internacionales han tenido como bandera.

Uno de ellos es CEPAC, el Col-lectiu d'Educació en Drets Humans i de Prevenció de Conflictes, una ONG dedicada a la investigación, estudio y trabajo de esta normativa que ayer escenificó la obra «Viure els Drets Humans» con el objetivo de dar a conocer y defender esta declaración con protagonistas que han vivido en su propia piel o de cerca la violación de estos derechos.

Jaime Zambrano de Colombia, y Matar Niag y Mahamadu Kebe, de Senegal, son dos de los 12 actores del reparto que han vivido la problemática. El primero de ellos, refugiado en España con su mujer e hija desde hace dos años, relató que «Colombia es el país donde más se violan los Derechos Humanos con 30.000 muertes violentas al año», y añadió que en su país no se respeta la libertad de ideas y «se castiga con la violación del derecho a la vida».

Matar Niag vivió las dificultades de «nacer y vivir en un país pobre y en guerra donde mueren niños y personas inocentes» y se escapó en busca de una vida mejor en Occidente donde tuve que vivir escondido por no tener documentación y se encontró con problemas «a la hora de encontrar una vivienda y un trabajo». Ahora tanto él como su compatriota Mahamadu Kebe se sienten identificados con los personajes que interpretan en la obra escenificada ayer. Viure els Drets Humans» mostró diversos casos de violación de los Derechos Humanos que vivimos día a día en nuestra sociedad como la violencia doméstica, el choque de culturas, la vejez, los refugiados o la inmigración.