Si en el año 2001 no se acometen las obras de interconexión de las
desaladoras de Eivissa y Sant Antoni, la capital pitiusa podría
padecer serios problemas de abastecimiento de agua durante la
temporada turística. Esta es la advertencia lanzada ayer desde las
Pitiüses por la consellera balear de Medi Ambient, Margalida
Rosselló, al ministro de Medio Ambiente del Gobierno español, Jaume
Matas, a quien recordó que la conexión de ambas instalaciones debe
ser contemplada en los presupuestos del Estado para el próximo
ejercicio, ya que se trata de una obra considerada como
«prioritaria».
Las obras permitirían, a juicio de Rosselló, paliar las
necesidades de agua del municipio de Eivissa, debido a que la
desaladora actual, que puede producir 9.000 metros cúbicos al día,
no da abasto durante la temporada. Esta planta aún puede ser
ampliada para producir hasta 12.000 metros cúbicos de agua al
día.
Junto a esa obra, la consellera remarcó que existe otra, la de
la ampliación de la desaladora de Formentera, que también ha sido
incluida entre las necesidades prioritarias comunicadas por el
Govern balear al ministro Matas, por lo que Rosselló espera que
también sea incluida en los presupuestos del Estado para el año
2001.
La consellera de Medi Ambient, que acudió ayer a Eivissa para la
presentación oficial del nuevo delegado territorial del Institut
Balear de Sanetjament (Ibasan), Ramon Mayol, a los alcaldes de la
isla, explicó que, si bien esas dos obras deberían ser pagadas por
el Gobierno central, cabe la posibilidad de que las abone el Govern
si Jaume Matas descarta incluir esas partidas en las cuentas de
2001.
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