El párroco de Santa Cruz de Eivissa, Juan Torres, muestra uno de los ejemplares que se han traído de Elche. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

La Semana Santa comenzó para ellas hace un año. Es el tiempo mínimo de preparación que precisan las palmas que el próximo Domingo de Ramos recorrerán en procesión las diferentes parroquias de la isla.

Cortar, atar y labrar (o trenzar) las hojas son los pasos necesarios para que el otro elemento -junto a las ramas de olivo- imprescindible en la primera cita de la Pascua alcance su finalidad.

Algunas iglesias han sido ellas mismas las encargadas de realizar el trabajo: concretamente las que poseen sus propias palmeras, mientras que las restantes han decidido encargarlas a la localidad alicantina de Elche, referencia clave en toda España, de esta fecha del calendario. Si en el primer caso se encuentran los ejemplos de Jesús o Sant Llorenç, hasta la parroquia de Santa Cruz han llegado ya, con nombre y apellidos de creyentes, más de 30 ejemplares que se utilizarán en la catedral.

La conmemoración de la entrada en Jerusalén de Jesús a lomos de la borriquita se celebra con un paseo simbólico alrededor del templo, realizado por todos los cristianos que ese día acuden a la eucaristía. Se trata de una forma tradicional fuertemente arraigada en Eivissa.