Nueve kilómetros de recorrido en algo más de dos horas son las duras cifras de una fría jornada en la que, sobre todo, los protagonistas fueron la alegría, las charlas y las mochilas.

A las diez de la mañana, puntualmente, unas 600 personas de edad que oscilaban entre los meses y los sesenta años partieron desde el Passeig de ses Fonts en Sant Antoni hacia la cova de Santa Agnès en la tradicional subida a Corona que se incluye dentro del programa de fiestas de la localidad.

Carrer Ample, el Berro y la calle Ramón y Cajal fueron los tramos que vieron partir la comitiva, sigiendo el trazado hasta alcanzar el objetivo final, lugar en el que se ofició una misa que fue seguida con interés entre los participantes a este acto. El reto de las subidas fue la excusa perfecta para realizar un intermedio en el que se repartieron los tíckets de la posterior torrada (que daría la posibilidad de acceder a un set de panceta, sobrasada, lomo, pan y vino) mientras se disfrutaba con un tradicional almuerzo compuesto por pan y butifarra.

Los campos de almendros al borde de la carretera fueron una de las más bellas estampas que pudieron contemplarse a lo largo de un trayecto que, a la vuelta, muchos decidieron realizar en coche. Los menos, quisieron completar el ejercicio realizado a primera hora con un retorno a pie. En cualquier caso se trató de una oportunidad para disfrutar de amigos y paisaje.