Antoni Marí, 'Carraca', sujeta una de las bolsas de basura durante la jornada de limpieza. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

Desde algas hasta electrodomésticos. Unas cincuenta personas de edades que oscilaban entre los cinco y los setenta años participaron ayer en Portinatx en las tareas de limpieza organizadas por el Ayuntamiento y los vecinos de la localidad recogiendo todo tipo de suciedades que se escondían (o en algunos casos se mantenían a simple vista) en playas, calles e, incluso monte. Para poder barrer todas las zonas se idearon diversos grupos, seis en total, distribuidos entre áreas urbanas y de montaña que se ayudaron con cinco tractores y numeroso instrumental de mano como rastrillos y palas.

Superficies públicas o lindes privados autorizados recibieron la vista de estos peculiares trabajadores, que hicieron brillar, además del terreno, una propuesta acertada, respetada y consensuada por una comunidad entera, de forma que pocas veces se ha visto a tantas mujeres y hombres sonriendo al coger una bolsa de basura. La importancia estribaba también en el origen de la propuesta ya que no se realizaba con carácter reivindicativo sino que se trataba de una cuestión de civismo en la que el espíritu ecologista no estaba pendiente de las siglas, sino de las ganas de hacer.

Los miembros activos de esta iniciativa, entre los que se encontraban nacionales y extranjeros, comenzaron su labor a las nueve de la mañana -los niños una hora más tarde- encabezados por el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Marí, Carraca, y diversos miembros del equipo de gobierno municipal como Juan Torres. El responsable del Consistorio quiso mostrar su satisfacción por el éxito de la experiencia -convocada hace tan sólo una semana, «aunque ideada antes de las elecciones», puntualizó- y animó al resto de los pueblos a diseñar actos similares «ya que siempre contarán con el respaldo y los medios del Ayuntamiento».