El verano ibicenco trae siempre consigo parejas que, no por clásicas, dejan de llamarnos la atención: calcetines y sandalias, chalecos sin camisa, bermudas con mocasines...y, como no, barcos en los puertos y extranjeros que cambian de color en las playas. Y entre los incondicionales, los cruceros de la época estival que arriban ya a nuestras costas. Con ellos se inicia toda la vorágine de una época en la que la monotonía se rompe para que su falta se convierta, precisamente, en la rutina.
Más de 50.000 pasajeros y un número equivalente de cámaras de fotos escalarán en los próximos meses en las aguas pitiusas sólo por cuenta de la consignataria Umafisa, la primera de las compañías que ha iniciado esta particular andadura de los buques en las islas. Si el martes por la noche fue el «Lili Marlen» el que hondeó la bandera alemana con el orgullo que representaban sus 76 metros de eslora, ayer al mediodía el «Delphin», procedente de Funchal y con matrícula de Malta, le tomó el digno relevo que suponen sus 156 metros de largo. La embarcación tiene como agente general en España a P.B. A ellos les seguirán, en los próximos días, nombres como «El Bolero», el «Kristina Regina» y otros que completarán las cerca de cien escalas previstas para los meses siguientes.
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