Las mismas fuentes han señalando que representantes del PP de Baleares han intercedido entre ambos «en varias ocasiones» con el fin de poner fin a la crisis. «Llevamos meses intentando que esto se resuelva», han añadido, «pero no se puede porque se ha convertido en un problema entre ellos. Desde el partido les hemos insistido, y lo seguimos haciendo, se ha de apaciguar la situación y llegar a un consenso».
Sobre la posibilidad de que ambos, Córdoba y Alcaraz, tengan que dimitir para poder solventar la situación, las fuentes del partido consultadas por este rotativo han preferido no pronunciarse porque consideran que la solución pasa en estos momentos porque los dos dejen a un lado sus diferencias personales y asuman sus papeles como equipo de Gobierno del Consell formenterés.
Hasta ahora, y al menos en público, la postura del Govern de Prohens ante la grave crisis abierta por Córdoba a finales de noviembre ha sido la de mantener un perfil bajo. El Ejecutivo autonómico ha dejado claro, eso sí, que está cumpliendo los compromisos alcanzados con Córdoba al inicio de la legislatura en lo que a las inversiones en la isla se refiere. Pero también ha visibilizado su respeto al papel de Córdoba como número 1 de la institución insular, tal y como se pudo comprobar en la reciente reunión del Consell de Presidentes, celebrada en Mallorca, y tras la cual Marga Prohens recordó que Llorenç Córdoba, como ella, había sido elegido por la mayoría de los ciudadanos de Formentera para dirigir el Consell.
En la isla, mientras tanto, la dimisión de la ya exjefa del gabinete de Presidencia, Ana Mateos, y el bloqueo de Sa Unió a la propuesta de Córdoba sobre la adjudicación de los quioscos de playa han sido los últimos capítulos de una crisis que no tiene visos de solventarse en los próximos días. A la espera de que la coalición y el presidente se sometan al dictamen de la comisión de seguimiento del Código Ético de la institución, la realidad es que el Consell trabaja ahora mismo con un gobierno totalmente roto, en el que el presidente Córdoba está aislado y Alcaraz ha sido cesado de sus cargos y se limita a su papel como portavoz del grupo de la coalición en las sesiones plenarias.
Ana Mateos, por su parte, ha dejado claro en una conversación con Periódico de Ibiza y Formentera que su dimisión obedece única y exclusivamente al convencimiento de que «la situación está muy encallada» y que ella considera que ya no puede aportar nada profesionalmente al Gobierno insular. Mateos ha subrayado que no apoya ni a Córdoba ni a Sa Unió y que la relación con todos «ha sido muy buena».
4 comentarios
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HarryNo creo que haga falta explicarlo, Alcaraz no habría sacado nada porque en Formentera nadie lo quiere. Lo que no entiendo es porqué desde Palma no fuerzan su salida del Consell, mientras el y Córdoba sigan no se solucionará
Lo que no sé es por qué no se presentó el PP sólo en candidatura y con Alcaraz al frente si se ve tan importante.
El PP balear es coprotagonista y responsable de este escándalo. No vale ponerse de perfil
Un capvespre et portaré a Formentera. Només hi ha la petita distància d'un núvol solcant pàgines sense amor. Tu, grisa, tendra, desfeta d'olors plena de pues i gavinets. (Uc. Camins de migjorn)