Los mayores de Sant Carles disfrutaron de una comida en el restaurante Cala Llenya. | Irene Arango

Decenas de personas acudieron ayer a la fiesta para los mayores del pueblo de Sant Carles, enmarcada dentro de sus fiestas patronales. La jornada comenzó a las 11.00 horas con una misa solemne de Tots Sants, oficiada por el párroco del pueblo, Josep Lluis Mollá, y acompañada por el Coro Parroquial de Sant Carles. Durante la misa, los mayores del pueblo recibieron un reconocimiento a toda una vida de esfuerzo y trabajo.

«Muchos de nosotros hemos llevado una vida de mucho sacrificios. Por este motivo el homenaje es importante para nosotros», explicó la vecina Marga tras la celebración de este acto solemne. Una misa que también tuvo presente a los fallecidos y damnificados por la Dana.

«Estamos desolados por todo lo que ha ocurrido en la Comunidad Valenciana. Hay que ayudar en todo lo que podamos», apuntó otra vecina tras finalizar el oficio. En este sentido, estaba prevista una exhibición de ball pagès a cargo de la Colla de Sant Carles de Peralta, pero debido a la lluvia se canceló esta actuación que tenía que contar con la participación de una agrupación de baile de Zaragoza, que se trasladó a Ibiza para formar parte de una exhibición en Sant Carles. En esta línea, y después de esperar unos minutos a que amainara la lluvia, los mayores del pueblo se desplazaron hasta el restaurante Cala Llenya para disfrutar de una comida local muy especial.

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«Me encanta reunirme con mis vecinos. Son días que no quiero que terminen porque estamos muy a gusto», puntualizó el vecino Mariano una vez en el restaurante.


300 personas

Hay que señalar que en el establecimiento se congregaron cerca de 300 personas, contando también a los acompañantes de los homenajeados. Todos ellos disfrutaron de unos entremeses y de una gran paella de carne y marisco mientras compartían anécdotas e historias, algunas de ellas vividas entre los propios vecinos. «Está muy buena la paella; siempre nos gusta mucho», agregó una mujer, vecina de Sant Carlos de 80 años.

Sin duda, detrás de cada una de estas historias personales hay un relato emotivo que, en días tan especiales como el vivido ayer, cobran una importancia emocional muy significativa. «No hace falta esperar otro año para reunirnos; estos encuentros tienen que hacerse con más frecuencia», añadió.