En la festividad de Todos los Santos, la jornada arranca gris y tranquila en los camposantos de las Pitiusas. | Alejandro Mellon

Pedro tiene algunos familiares enterrados en el Cementeri Vell de Vila -también algún amigo- pero a él le gusta visitar este lugar en el que se respira «paz y tranquilidad». Este 1 de noviembre aprovechará además para conocer la iniciativa 'El silenci del record' con la que se rinde tributo a ilustres vecinos del municipio cuyos restos descansan allí.

«Suelo venir a pasear. Es como mi segunda casa. Aquí no hay problemas con nadie, no como pasa fuera. Este cementerio es bonito», asegura.

En la festividad de Todos los Santos, la jornada arranca gris y tranquila en los camposantos de las Pitiusas.

Neus, una vecina de Vila, se dispone a viajar a Formentera antes de que llegue el temporal puesto que tiene a casi toda la familia en el cementerio de Sant Francesc. Cargada de flores, asegura que visita a los suyos varias veces al año, aunque en el Día de Todos los Santos no puede faltar a la cita.

«Vamos a visitar el cementerio, donde cada vez encontramos a más conocidos y aunque no sea de lo que más nos gusta, tenemos que ir», manifiesta.

Juan, cargado con un gran centro floral, se dispone a visitar la tumba de sus padres en el Cementeri Vell. «No vengo tanto como debería», reconoce. Para evitar la lluvia, él será de los primeros en llegar al camposanto de Vila.

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María del Pilar se emociona al recordar a su padre y a sus tías, enterradas también en el cementerio más antiguo de Ibiza. «Ya lo había arreglado antes, pero suelo venir varias veces al año, cuando es el aniversario de mi padre. Sólo me gusta venir a este cementerio porque al Nuevo no me gusta nada ir», explica.

Esta vecina recuerda que su padre Domingo Igea fue militar y profesor de la Banda de Música de Ibiza. Al fallecer, su madre sólo pidió que fuera enterrado cerca de su casa para poder visitarlo con frecuencia, por lo que sus restos reposan en el Cementeri Vell.

Sin familiares enterrados en este camposanto, Rafael, al igual que otros ciudadanos, acude a este lugar para conocer el proyecto 'El silenci del record' que califica como «una gran idea».

«Hace poco visitamos en Galicia un cementerio gótico y me gusta. Oí hablar de este proyecto y quería ver en qué consiste. Con él, conocemos un poco mejor la historia de Ibiza», destaca.

Francisco y Manoli llegan cargados de flores dispuestos a adecentar y adornar un poco los nichos de sus familiares. «Venimos más veces al año. Hoy es un día para recordar. No es una fiesta para celebrar nada», considera ella.

Aprovechando que iba a hacer unas compras cerca, Lupe visita a su tío y a su prima que descansan en este cementerio para comprobar si las flores están en buen estado. «Siempre deberíamos venir más, aunque es verdad que a los que ya no están los llevamos en el pensamiento. No se olvidan», afirma.

Ella lamenta que los más jóvenes no sigan estas tradiciones. «Yo ya le he dicho a mis hijos que me quemen y así se evitan tener que ir al cementerio a limpiarme», concluye.