El icónico negocio de la calle Aragón cerrará sus puertas a finales de octubre, poniendo fin a una trayectoria de casi cinco décadas. La tienda ha sido un emblema de la ciudad de Ibiza desde 1977, cuando Javier Comenge y Marisa Vázquez abrieron La Cucaña en la esquina de las calles Aragón y Murcia, en el barrio de Es Clot de Vila. En un principio, se trataba de una pequeña tienda de chucherías que también ofrecía algunos artículos de broma. Sin embargo, con el paso del tiempo, el negocio evolucionó, ampliando su oferta hasta incluir disfraces y, más tarde, petardos para la tradicional noche de Sant Joan.
La metamorfosis del negocio no solo fue en cuanto a productos. La tienda creció físicamente, ocupando el local contiguo, y se convirtió en un lugar de referencia para varias generaciones de ibicencos. Muchos recuerdan las largas colas que se formaban frente a sus míticas puertas amarillas, especialmente durante los carnavales, Sant Joan, la Navidad o Fin de Año. Esas puertas, siempre pintadas por el mismo artesano, Rafa, y con el mismo tono característico, abrían paso a un mundo mágico de bromas, disfraces y objetos singulares, que solo podían encontrarse en La Cucaña.
Casi 50 años
A lo largo de estos 47 años, La Cucaña ha sido mucho más que un negocio. Se ha transformado en un punto de referencia dentro de la geografía urbana de Ibiza, un lugar que marcaba una coordenada en la memoria colectiva de los ciudadanos. No solo indicaba una posición en el mapa de la calle Aragón o la avenida España, sino que también evocaba recuerdos entrañables de la niñez y la juventud.
Damaris Ortega, que lleva 23 años trabajando en La Cucaña y ha sido la encargada del negocio desde la jubilación de Javier y Marisa, reflexiona sobre la evolución de las festividades que han marcado el ritmo de la tienda: «Ya solo nos queda Halloween». Según Ortega, esta celebración, que se ha vuelto la más rentable para el negocio, llegó de manera sorprendente: «Si a principios de los 2000 apenas se hacía alguna fiesta suelta, para 2002, casi de un año para otro, Halloween se convirtió en unos días de locura, en los que tuvimos que contratar a más personal, como en los carnavales de antaño».
Ortega también lamenta la caída en popularidad del Carnaval: «Antes se disfrazaba toda la familia. Ahora, apenas se ven cuatro niños disfrazados, todo se lo ha comido Halloween. Los tiempos en los que los disfraces de princesas eran lo más pedido ya quedaron atrás. Hoy, los niños se visten de personajes de manga que apenas conozco; solo Spiderman sigue siendo un clásico».
Halloween
El auge de Halloween y la competencia creciente son algunos de los factores que explican por qué este será el último año de La Cucaña. Ortega señala: «Antes no había ni Halloween ni tiendas de chinos ni aplicaciones en las que los chavales se compran ahora todos los disfraces. Esto ha hecho que nuestras ventas bajen». Además, recuerda con claridad el impacto devastador de la pandemia: «Para nosotros, la pandemia fue un antes y un después. Nuestro negocio está vinculado a las fiestas, y eso era justamente lo que no se podía hacer. Mientras las restricciones se iban levantando para los demás, nosotros seguíamos sin poder vender nada».
Los emblemáticos artículos de broma que hicieron famosa a La Cucaña también han sufrido con el paso del tiempo. «Solo queda una empresa, Sanromán, que sigue fabricando bromas. Ya no quedan ni las clásicas almohadillas de pedos ni la tinta china que se borraba», dice Ortega con un toque de nostalgia. «Lo único que seguimos vendiendo son artículos para danza, pero no es suficiente para mantener el negocio», agrega.
Con tristeza, Ortega confirma que este será el último Halloween de La Cucaña: «El 30 de octubre será nuestro último día, porque el 31 ya estaré fuera de Ibiza». Su emoción es evidente cuando dice: «Me da tanta pena que ni siquiera tengo planeada una fiesta de despedida».
11 comentarios
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,, antiguamente había que visitar estos locales para poder disfrazarte, hoy en día, te disfrazas con lo que dices o comentas.
Otro negocio que cierra… cuántos recuerdos!!!
Creo que fue la primera tienda en Ibiza en vender chucherías a granel. Hará 35 años que no la visito pero me acuerdo que durante los 80 fui bastante. Si que es cierto como dicen en otro comentario que el matrimonio anterior que lo llevaba, aunque tenían un trato correcto no destacaban especialmente por una amabilidad o simpatía que te encontrabas en esa época en otros comercios. No se si era porque eran peninsulares y tenían otras costumbres y otra manera atender al público, pero mostraban una pizca de frialdad que contrastaba con la calidez que te podías encontrar en otros establecimientos de toda la vida. Pero bueno, es una pequeña anécdota y desde luego no empeña la fantástica trayectoria de este comercio, que como bien dice el artículo, ha sido toda institución durante casi medio siglo en la isla. Una tienda divertida, interesante y que siempre alegraba visitar.
*Marisa, perdón.
Eivissenca de CampPara mí fue referente con los primeros propietarios. Por supuesto ya después nada. Pero eso como Violet pasteleria pone se traspasa creo sera imposible igualarlo. Ahora una nueva ok u otra cosa. La cucaña hubo 1 lo que pasó después de Javier y Marina se debió llamar de otra manera para empezar porque de cucaña comp antes np tenía nada. Ahora bien compras en chino, lidl, aldi, internet etc mucho más barato y claro para mis gustos personales y bolsillo yo iba solo a los petardos. Que antes a penas había marca blanca, chinos etc por no decir que no había. Las cosas cambian algunas a mejor otras a peor. Pero esa tienda aunque mantenga la puerta el color etc np era igual. Pero no pasa nada. Son ciclos y hay que reinventarse o ir a trabajar a un chino. Pq menudo mundo empresarial tienen
Todo un referente en la isla!
Que pena me da ver comentarios feos... En 50 años es normal que haya habido días buenos y malos, y que hayan atendido mejor y peor (me incluyo en los que alguna vez hemos recibido una respuesta inapropiada), pero lo que es innegable es que la Cucaña era un referente en la isla de disfraces y artículos relacionados. Nos quejamos que días importantes a última hora estaba cerrado... bueno, es que si no fuera "última hora" lo habríamos pedido por internet, pero al parecer queremos a la gente esclavizada dias señalados por si se nos olvida algo. Otra pequeña parte de la antigua Ibiza que desaparece. Buena suerte y buena vida a los que se van.
Día 31 de diciembre, que es el día que todos a última hora ibamos a comprar petardos -casi nadie planifica esas cosas- siempre cerrado. Lo mismo en visperas de fechas de petardos y similares. Así normal que cierren.
Donde compraremos fuegos artificiales? Ya no queda nada en la isla...
Cada vez que veo un pequeño comercio de toda la vida que cierra me da mucha pena pero reconozco mi hipocresía y mi culpa ya que la mayoría de las cosas las compro por internet.