Morning Drivers ha enamorado con su nuevo trabajo ‘No todo tiene un final’, un tercer álbum más emocional, íntimo y sincero, «incluso terapéutico».
La banda formada por Miguel M. Thomas, Mariano Costa, Miquel Serra, Luis Iglesias y Sebastian Budding muestra una madurez notable, consolidando su distintivo sonido caracterizado por canciones potentes con melodías emotivas y ritmos que invitan a moverse sin parar. Miquel Serra, batería, nos acerca un poquito más a esta emblemática banda, motor activo de la cultura de la isla.
—Sois una de las bandas ibicencas más consolidadas, ¿cuál es vuestro punto fuerte?
—Pues si tuviéramos que definir nuestra mejor baza te diríamos que la constancia. Porque nada de lo que consigas en la música te viene solo, hay un trabajo muy grande detrás, de muchas horas invertidas en composición musical, reuniones de oficina, promoción, facturas, etc. Muchas veces si paras a analizar todo la vorágine que hay detrás de un proyecto como el nuestro, muchos músicos se lo pensarían dos veces, porque no es tan solo música, hay muchos otros elementos que entran en juego que a veces no son tan llamativos, pero que no son menos importantes y se necesita de mucha constancia, dedicación para llevarlos a cabo, y sobre todo, amar lo que haces. Sin nada de esto sería imposible llegar a cotas en las que nunca habríamos pensado llegar, como tocar en grandes festivales o tener millones de escuchas. Evidentemente, lo que hagas tiene que gustar, pero sin la constancia y el sacrificio no se conseguiría nada.
—En abril lanzasteis vuestro tercer álbum, ¿cómo ha respondido el público?
—En este tercer álbum hemos cambiado un poco la manera de proceder. En los otros álbumes, grabamos todo el disco, subíamos dos singles y después lanzábamos el resto de las canciones. Esta vez cambiamos la manera de hacerlo. Así como íbamos componiendo canciones, las grabábamos y las prestábamos. Es por eso que llevamos unos dos años ofreciendo al público diferentes singles. Cada pocos meses teníamos algo que ofrecer y de esta manera la gente se mantenía más activa con nuestras propuestas. Presentando las canciones poco a poco, nos dimos cuenta que dejábamos un tiempo para que la gente las pudiera disfrutar y digerir mejor. Así que este tercer álbum se podría considerar como un recopilatorio de los singles de estos últimos dos años. El álbum tiene diez canciones y ocho de ellas ya habían sido presentadas. La verdad, no hay una manera mejor o peor de hacerlo, nosotros esta vez decidimos hacerlo así y la respuesta del público ha sido muy bonita.
—¿Por qué el nombre ‘no todo tiene un final’?
—Nos rompimos bastante la cabeza para sacar una frase o un hilo conductor que resumiera a la perfección el motivo, o el mensaje de estas canciones. Al final, analizando las letras, y el mensaje que transmitíamos en las canciones nos dimos cuenta de que ‘No Todo Tiene un Final’ lo resumía a la perfección. Si algo teníamos claro, es que en este tercer álbum estábamos ‘desnudándonos’ musicalmente hablando. Es un disco mucho más introspectivo, casi si me lo permites terapéutico. Muchas de las letras que se han escrito han surgido a raíz de circunstancias personales traumáticas y hemos utilizado la música como un canal para sanarlas. Y al final, si te paras a pensar por un momento, todas las cosas materiales que conseguimos en la vida tienen una fecha de caducidad, menos los sentimientos que derivan de vivir la propia vida. Hay emociones que no acaban con la propia existencia humana. La energía junto con las emociones y el amor, no se destruye, solo se transforma, por eso, no todo tiene un final.
—¿Qué encontramos en este nuevo trabajo?
—Encontramos un resumen de nuestros dos últimos años de trayectoria. Nuestras sensaciones, miedos, ilusiones, influencias musicales mezcladas en un cóctel molotov. Pero como hilo conductor, es un disco de Indie enraizado con elementos pop y rock que al final determinan nuestro estilo musical. Pero, a diferencia de los últimos discos, estas canciones apelan mucho a lo emocional, somos nosotros mismos sin querer parecernos a nadie más que a nosotros, haciendo la música que nos sale de dentro, sin dejarnos tanto influenciar por las directrices comerciales que marca la industria musical. Aquí no hay trampa ni cartón, somos Morning Drivers siendo Morning Drivers, lo más sinceros y fieles posibles a lo que sentimos en el momento de componer las canciones.
—Estáis de gira por toda España, ¿algún recibimiento que os haya sorprendido ?
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—Sí, estuvimos todo el inverno y primavera pasada recorriendo casi todo la geografía española. Hay ciudades que ya hemos visitado varias veces y nos da una alegría enorme ver que hay público nuevo, gente que repite. Ver que hay público con nuestras camisetas en Madrid o Zaragoza cantando y emocionándose con nuestras canciones nos pone los pelos de punta. Muchas veces después de nuestros conciertos charlamos con el público e intentamos tener un trato agradable para toda la gente que ha decidido gastarse un dinero y un precioso tiempo en venir a vernos actuar, y siempre encontramos historias increíbles. Gente que recorre cientos de kilómetros para venir a vernos tocar, gente que te dice que tu canción le ha ayudado en un momento complicado de su vida. Son estas pequeñas cosas que justifican con creces todo el trabajo realizado. Por cosas así merece la pena todo esto.
—En vuestras canciones siempre hay mensajes positivos, ¿hace falta más buena energía en nuestro día a día?
—En nuestras canciones hay mucho mensaje positivo y muchos varapalos en donde hemos intentado darle la vuelta y sacarle la enseñanza, que al final no deja de ser un mensaje de superación positivo. Y respondiendo a tu pregunta, sí, hace falta rodearte de mucha vibra positiva, nosotros no queremos restar, a ser posible queremos multiplicar (risas). Al final todo lo que proyectas acaba por definir lo que haces, si vas por la vida con una energía de mierda, lo más normal es que te pasen cosas de mierda. Está claro que hay días de todo, pero generalmente debemos intentar sacarle el lado positivo a las cosas y tener una actitud optimista ante las relaciones, amigos, familia, trabajo, etc. Hacer bueno el dicho que uno recoge lo que siembra.
—¿Cómo fue la colaboración con Ambkor en el tema ‘estrella polar’?
—Con Ambkor somos compañeros en la misma agencia editorial ‘The Music Republic’ y coincidimos con él en el festival Interestelar de Sevilla. Estuvimos hablando en el camerino, hicimos muy buenas migas. Óscar aparte de ser un músico espectacular es una persona increíble. Cuando le propusimos colaborar en nuestra canción ‘Estrella Polar’ no lo dudó un momento, le encantó el mensaje liberador que transmitía la canción y así se hizo. Nos envío un video donde estaba él rapeando encima de nuestra canción y fue amor a primera escucha. Y de ahí, al estudio de grabación para enmarcarla de por vida. La verdad es que quedamos muy satisfechos del resultado y para nosotros es un honor que un artista de este calibre colabore con nosotros.
—Es vuestro trabajo más íntimo y maduro, ¿cómo estáis evolucionando?
—Sí es cierto, es un trabajo íntimo y sincero, y eso hace que la idea este clara, por ahí lo de maduro. La evolución el tiempo lo dirá, somos cinco personas con ideas y pensamientos diferentes pero sabiendo muy bien cuáles son nuestras fronteras y teniendo las ideas claras de hacia dónde queremos llevar nuestra música. Tenemos hambre de seguir contando historias y de seguir investigando en nuevos horizontes y elementos musicales. De hecho, nunca hemos paramos de crear, es algo adictivo, los directos están muy bien, pero la atmósfera que te genera la soledad en el estudio mientras compones también es un momento muy bonito. Al final, mientras tengamos cosas que decir seguiremos haciendo música. Además nos queremos mucho, siempre decimos que somos la relación más larga que hemos tenido, somos como una cooperativa de poliamor musical (risas).
—En una de vuestras letras decís ‘de lo malo se aprende’, ¿Cuáles son las lecciones más importantes que habéis aprendido en vuestra carrera?
—Que da igual cuantas veces te caigas, que lo que importa son las veces que te levantas. La lección más importante que hemos aprendido en nuestra carrera es que enseñan más los tropezones que las mieles, y que la vida son ciclos; que no hay que ser pretencioso cuando estas en la cresta de la ola, ni sentirte un miserable cuando las cosas no vienen bien dadas. Hay que saber disfrutar tu momento cuándo estás de dulce y aprender de los errores cuando toca pasar por la otra cara de la moneda. Que a veces viene muy bien darte de bruces con la realidad para sacarle una enseñanza y evolucionar. No tienes ninguna obligación de ser la misma persona que fuiste hace un año, o hace seis meses, ni siquiera la semana pasada. Tienes todo el derecho del mundo a crecer como persona, de hacer cambios que mejoren tu vida, de evolucionar. Sin ningún arrepentimiento ni culpas. Siendo siempre fiel a tus emociones y sentimientos.
—Arrasáis en vuestros directos, ¿qué se encontrará el público el día 31 en Sant Antoni?
—Bueno, intentamos siempre dar la mejor versión de nosotros mismos. Es verdad que nuestro público nos ayuda a que demos lo mejor que tenemos porque siempre nos ha arropado y han disfrutado de nuestros conciertos tanto o más que nosotros y eso siempre es un plus de energía. Cuando ves que la relación con el público es recíproca es algo muy bonito. De todas maneras, nosotros le tenemos al público un respeto enorme, miramos de tocar igual delante de mil que de veinte espectadores. El público de Sant Antoni se va a encontrar a cinco personas que van a dejarse la piel en escenario como si fuera la última actuación que vayamos a ofrecer, porque no entendemos la música de otra manera. Además nos hace especial ilusión volver a tocar en Sant Antoni porque llevábamos tiempo sin hacerlo, es un pueblo que le tenemos mucha estima y hemos realizado un repertorio especial para la ocasión. Pondremos toda la carne en el asador para que sea el mejor concierto posible, y que la gente se vaya con un buen sabor de boca.