El gran poder de las tradiciones protagoniza el Día Grande de Sant Llorenç. | Alejandro Mellon

El pueblo de Sant Llorenç, en el municipio de Sant Joan, ha celebrado este sábado por todo lo alto su Día Grande. Una celebración que ha contado con decenas de vecinos que vivieron estas fiestas de forma muy especial. «Poder celebrar este festejo por la tarde es la mejor opción porque bajan las temperaturas y no tenemos que padecer el sofocante calor del verano que hace durante la mañana», destacó la vecina Marga, minutos antes de acceder a la Iglesia para ser testigo, como el resto de devotos, de la tradicional misa oficializada por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicent Ribas, quien con su homilía se mostró cercano a la población ibicenca, recordando la gran tradición y costumbres que se viven en Sant Llorenç desde hace años.

Pese a que las temperaturas no eran tan altas como por la mañana, han reinado los abanicos dentro del templo debido al calor. Sin embargo, todos los fieles escucharon con total atención la homilía del obispo Vicent Ribas, quien destacó la importancia de la eucaristía y de cómo la fe necesita ser alimentada. «Si dejamos de participar en la eucarística, esta fe morirá», apuntó, resaltando que para formar parte de una misma comunidad es esencial compartir alegrías y tristezas. Además, durante el oficio, señaló que este templo está dedicado a la figura de Sant Llorenç, patrón del pueblo, para celebrar su fiesta y contemplar su imagen como santo. Un santo y mártir popular, indicó, que es un ejemplo de generosidad. «La memoria de Sant Llorenç, pese a ser un santo muy lejano, está muy viva en el pueblo», afirmó Catalina, una mujer devota dentro de la Iglesia.

Procesión y desfile

Después de esta misa solemne, se celebró una procesión por los alrededores del templo y con la imagen del santo, la cual cerró la comitiva como marca la tradición. También tuvo lugar un desfile de carros típicos y una exhibición de ball pagès a cargo de la colla de Labritja, con la tradicional degustación de dulces típicos. Esta agrupación se mostró exultante durante el espectáculo, ya que este año es muy especial para todos los miembros de la colla. Cabe recordar que este año la colla de Labritja cumple su 40 aniversario, años que se pueden contemplar en una exposición fotográfica fuera de la Iglesia de Sant Llorenç.

Los balladors, que proceden de sa Cala de Sant Vicent, Sant Joan y Sant Llorenç se mostraron felices por participar en el Día Grande del pueblo. Pasaban los minutos y llegó uno de los momentos más importantes de la jornada festiva: el pregón pronunciado por el popular escritor Julio Llamazares, autor de Las lágrimas de San Lorenzo, un libro ambientado en la isla al contar varias anécdotas del novelista en Ibiza. «En menudo lío le han metido al escritor al anunciarle como pregonero», subrayó un vecino entre risas. No obstante, Llamazares se mostró agradecido y leyó el pregón durante la noche. Una velada que concluirá con la música de Esta me la sé y el DJ Cardona.