La segunda jornada de actividades tradicionales en Sa Rota d'en Coca tuvo como uno de sus protagonistas principales al taller de ‘orelletes'. Un taller a cargo de Agnès Bonet y Nieves Torres que congregó a decenas de interesados en la elaboración del tradicional postre ibicenco.
Cinco fueron los kilos de harina que las encargadas de conducir el taller usaron para elaborar una buena cantidad de orelletes. Huevos, azúcar, leche o zumo de naranja, limón, anís, manteca y levadura son el resto de ingredientes a la hora de hacer la masa de las orelletes que, una vez amasada se estira y, con un molde se van formando, una a una, las orelletes, que se dejan descansar, cubiertas por una tela para que no se sequen, antes de pasar a freírlas.
«Antes de pasarlas por el aceite para freírlas, las pasamos por agua para que fermenten », apuntaba Torres que, además subrayaba que «la levadura debe ser en polvo, no de cerveza».
Jornadas
El contexto del taller que ofrecieron Bonet y Torres son las jornadas organizadas en Sa Rota d'en Coca. Unas jornadas que alcanzan sus 14 ediciones este 2024 y que continúan acercando las tradiciones ibicencas a todo el público.
Organizadas por la AA.VV. de Santa Agnès con la colaboración del Ayuntamiento de Sant Antoni, el anfitrión de estas jornadas es Toni Bonet, de Can Coca.
«La verdadera intención de estas jornadas es recuperar las tradiciones del campo ibicenco», explica el de Can Coca, que recuerda que una de las primeras actividades en estas jornadas consistió en «recuperar una ‘sitja' para hacer carbón». «En años posteriores restauramos el horno para hacer pan para que los niños de las escuelas pudieran ver cómo se elaboraba el pan tradicional», explica Bonet. Sin embargo, el de pan no es el único tipo de horno que, a lo largo de los años, se han ido restaurando en Sa Rota d'en Coca. Así, también se han recuperado tanto un horno de cal, «la tradición de hacer cal siempre ha estado muy arraigada en la construcción tradicional ibicenca», subraya Bonet, que explica que el uso de la cal «servía para hacer el mortero, para pintar y para desinfectar las casas y los corrales».
Hornos tradicionales
Otros tipos de hornos tradicionales que se han ido restaurando edición tras edición son los de «encritar» pino y enebro. «Al ‘encritar' el pino se le saca la resina que se usaba tanto para impermeabilizar los llaüts o los sombreros de los salineros, como para las suelas de las ‘esperdenyes'». Con el ‘encritanat' del enebro, tal como explica Toni ‘Coca', «se usaba para remedios medicinales tradicionales, se usaba para cualquier cosa: el dolor de tripa, como antibiótico o para curar las heridas de los animales».
Tanto la ‘sitga' como el horno para hacer pan, estuvieron toda la jornada echando humo. Por un lado haciendo carbón y, por el otro, horneando ‘coquetes' con sobrassada.
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