«Falta un día para acabar el año, el mes y la semana, tenemos la cámara, gente animada, pero… ¡faltan las uvas!», comentaba uno de los monitores de la gincana que se celebró este 30 de diciembre en el Mercat Vell.
Atónitos unos nueve niños y sus familias escuchaban las órdenes que debían acatar para encontrar las 12 uvas y poder cumplir el ritual de comerse una por cada campanada a medianoche. Así los asistentes se prepararon para realizar seis pruebas lúdicas en las que como premio irían recibiendo sus frutos, con la única consigna de que los equipos tuvieran «la mayor química posible» entre sus integrantes.
Ya puestos manos a la obra los tres grupos conformados por adultos y niños comenzaron a divertirse. Un jeroglífico fue la primera prueba común, pues así podrían descubrir el mapa que les llevaría a las pruebas repartidas por las inmediaciones del mercado.
Hicieron una especie de rayuela con aros en la que entre todos debían acertar la pregunta correcta y no caer en el «agujero». La monitora les preguntaba de dónde venía Papá Noel, cuántas uvas se comen tradicionalmente en otros países, o si los renos de la Navidad son mamíferos u ovíparos. También se divirtieron haciendo las tradicionales carreras de saco, tanto individualmente como en pareja. Otra actividad fue ir recogiendo firmas «de personas diferentes» por toda la plaza, pues ellos mismos decidieron escoger a gente de edades diferentes, o con rasgos diferentes como personas con pelo largo y pelo corto, gente con gafas de vista y otros con gafas de sol o personas que iban solas por un lado y aquellas que llevaban a sus mascotas por otro. E incluso se embarcaron en la misión de buscar nacionalidades diferentes, corrían de una dirección a otra «mamá cómo se dice firmar en inglés», y volvían a aquel turista que no les entendía a suplicar ayuda para conseguir sus doce uvas. Otra de las actividades, en la que más se divirtieron con los mayores, consistió en que cada padre e hijo conformaban una pareja en la que uno se vendaba los ojos y otro le guiaba hasta hasta un cono con una pelotita depositada sobre él, y de vuelta hacia atrás dejarla en el punto de salida.
Por último, todos los grupos se unieron, y en un gran círculo jugaron a la Búsqueda del Tesoro, en la que equipo tiene un aro con pelotas de tenis dentro que salvaguardar, y a su vez deben ponerse de acuerdo para robar las pelotas de los otros equipos sin que sean pillados.
Lo que más predominó fueron las risas, la euforia y la alegría y para los padres es muy acogedor en épocas de vacaciones. Mientras Cristin y su papá no paraban de jugar y divertirse su madre, Reggie, contaba lo feliz que le hace a la familia estas actividades: «A mi hija le encanta escuchar cuentacuentos sobre la Navidad y todas las actividades que hay, todos los días estamos mirando el programa porque ella quiere ir a todas. Además, nosotros también aprovechamos para salir de casa y nos sentimos como niños también».
Pero no solamente disfrutan los pequeños de la isla, pues como el caso de Didac, sus padres cuentan que están de vacaciones y al buscar actividades para el pequeño de siete años encontraron «varias oportunidades que él disfruta como si fuera uno más de aquí».
Se trata de una actividad organizada por Kairos Ibiza Eventos en conjunto con el Ayuntamiento de Ibiza dentro del programa de las fiestas de Navidad, los mismos que este 31 de diciembre, junto a Acrobatics, harán las Precampanadas cargadas de juegos, dinámicas musicales y «mucha diversión».
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