Basta darse una vuelta por Talamanca, ses Figueretes o el paseo Juan Carlos I de Vila, entre otros muchos lugares de la isla, para darse cuenta de que grupos de no convivientes se están juntando para hacer deporte, tomar cervezas a pie de playa con sillas incluidas o comer. En ocasiones, estos encuentros entre no convivientes se producen sin mascarillas y sin distancias de seguridad. El hastío por las restricciones es generalizado, pero se debe ser responsable y aceptar las normas para así seguir conteniendo la expansión del virus.
La difícil situación de las empresas de transporte turístico
Emilio Díaz, presidente de la Asociación de Transporte Discrecional de las Pitiusas, alerta de que su sector perdió un 92% de ingresos el año pasado. A su vez, no pudieron generar el mismo nivel de empleo, ni siquiera parecido, al de 2019, con el consiguiente empobrecimiento de la población. Una muestra más de que el turismo es el motor económico de Ibiza y Formentera y del que depende, indirecta o directamente, prácticamente toda la isla.
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