A los ibicencos nos encantan los toros, los animales en general y salvo algunas excepciones cuando se programaba alguna corrida en tiempos antiguos, los isleños asistían entusiasmados. Y aún más en Mallorca, donde solo quedan las plazas de Palma, Alcudia, Inca y Muro.
El culto al toro es una constante mediterránea y en Mallorca se puede admirar en el Museo de Mallorca el ‘Toro de Talapí', siglo IV a. C., encontrado en Búger. Los magníficos toros de Costix se conservan en Madrid.
En nuestra mitología doméstica el toro se asocia al dios Melkart, pero también a Baal. El toro es un animal totémico que representa la fuerza, la vida y la fertilidad.
Hay bibliografía sobre el tema, pero en general los que suelen escribir sobre Ibiza lo ocultan, supongo que en un intento de propiciar el olvido.
Hay documentación sobre algunos festejos taurinos en La Marina, como el 3 de noviembre de 1759, para celebrar la proclamación del Rey Carlos III. Los carpinteros y los maestros de ribera (constructores de barcos) soltaron un toro en la Marina, de noche y entre truenos y cohetería; lo peor es que al toro le soltaron los cans de bou, los perros de presa que atacan al astado de forma inmisericorde y enardecen al buey hasta volverlo loco. El espectáculo encendía pasiones. Y se repitió.
Se levantaban plazas de madera en recintos de la Marina, Ses Palmeres o en Dalt Vila, en Sa Carroza. Hasta que en 1960 se inauguró la plaza, obra de Germán Rodríguez Arias. Por desgracia, al ser arrasada, impide que pueda haber toros en Ibiza de nuevo. La primera corrida con las normas de la tauromaquia fue en 1895. Ha llovido, pero el toro no es animal ajeno a Ibiza.
@MarianoPlanells
5 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Si España abandona la Fiesta Nacional, la cogerán los franceses o los italianos.
LO que no entiendo es que los progres estén contra los toros y después cometen las salvajadas como la matanza de cabras de Es Vedrá y la Sierra de Tramuntana en Mallorca. ¿En qué quedamos?
El mundo evoluciona y a la gente de hoy en día le interesan otras cosas. Hay millones de maneras más constructivas de divertirse en la actualidad que viendo cómo desangran a un precioso animal hasta la muerte. Nadie niega que eso ha sido un trazo cultural de la civilización Mediterránea durante siglos, pero se acabó. Es una espectáculo destinado a desaparecer, por mucha tradición de siglos que lleve detrás...
Los toros no tienen por que gustar a todo el mundo, a eso no obliga nadie. El artículo da un repaso histórico y cuenta muchas cosas de Ibiza y de Mallorca que yo no sabía.
. Mi padre, que era gran aficionado a la “Fiesta Nacional” me llevaba a mí de niño a ver las corridas a ver si yo también me aficionaba... Todo empezaba bien, lleno de color y animación, hasta que salía un tipo a caballo y clavaba una lanza al toro en la espalda. Todo iba a peor cuando le incrustaban unos “palos de colores” las dolorosas banderillas, y al final era un baño de sangre y sufrimiento que acababa con el descabello y muerte del animal entre vítores y aplausos del “respetable”. Recuerdo que yo me abstraía intentando ver “el arte” y “la valentía” del matador vestido de luces, pero la realidad se iba imponiendo con los años hasta que vi lo que es de verdad; Una encerrona a un ser inocente, que sólo busca la libertad y lucha por ella, para torturarle y desangrarle hasta la muerte. Casi un ritual satánico de sangre y sacrificio ajeno. Una vergüenza sin paliativos.