Igual la lectura, o según qué lecturas, sea un pecado capital. O la sublimación de los otros siete, si es que aún están vigentes y se siguen llamando así. No halló otra manera de explicar la extraña relación que tengo con los libros que me gustan y con quienes los han escrito. Los libros que me gustan, los que me enganchan desde el principio, despiertan mis pasiones más ocultas, aquellas que, antaño, también se llamaban pecados capitales: gula, lujuria, soberbia, etc, etc y, sobre todo, envidia. Devoro las historias que me gustan, me las trago sin medida, como si comiera a dos carrillos y conforme voy llegando al final y menos páginas quedan, las toco una y otra vez para que no se me escapen, noto como se me desencajan los ojos mientras leo (o como) cada vez más aprisa con la duda o la sospecha de si me habré tragado sin masticar y saborear alguna nota a pie de página, alguna metáfora o alguna referencia que no tenía antes de empezar. Además, desde que aprendí a utilizar el teléfono móvil para ese fin, he adoptado otra costumbre pecaminosa: el exhibicionismo. Hago fotos a portadas de libros que me están gustando o a páginas que me llaman especialmente la atención y luego las difundo por las redes sociales. Me da por presumir y encima lo comparto.
OPINIÓN | Torres Blasco
Lectura y otros pecados capitales
Eivissa07/10/16 0:00
También en Opinión
- Abandono animal en Ibiza: Max lleva cinco años en sa Coma esperando un hogar
- Médicos en pie de guerra ante la posibilidad de no poder compaginar la sanidad pública con la privada
- Detienen a siete 'narcos' de sa Penya, mítico barrio de la droga de Ibiza
- Airbnb se rebela contra la regulación del alquiler a turistas
- Estas tres zonas de Ibiza son las más buscadas por los extranjeros para comprar vivienda por encima de los 1,5 millones de euros
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.