Eivissa experimentó anteayer una noche histórica para el deporte de la isla. Nunca antes un evento había tenido tal poder de convocatoria. Unas 6.000 personas abarrotaron el estadio de Can Misses, desbordando todas las expectativas planteadas por los estamentos organizativos. Durante la celebración del partido amistoso internacional entre las selecciones sub-17 de España e Italia existía una sensación generalizada: la sorpresa y la emoción que alimentaron el gran ambiente vivido en el estadio ibicenco.

La llegada a la isla del combinado nacional y, sobre todo, la espectacular respuesta de la afición local generaron centenares de gestos en la grada. La complicidad entre los asistentes, las miradas de incredulidad y el entusiasmo general compusieron la atmósfera de un partido que perdurará imborrable en la retina de los aficionados al fútbol en las Pitiüses.

Familias de los cinco municipios y chavales de los distintos clubes pitiusos acudieron en masa al estadio. El partido, pese a la derrota de España, respondió a las expectativas. El comportamiento del combinado nacional fue ejemplar y los espectadores combatieron el frío y la leve lluvia que cayó durante unos minutos con cánticos, aplausos y realizando la ‘ola'. Tal fue la respuesta que Josep Antoni Bonet, speaker del evento, expresó hasta en dos ocasiones durante el partido el agradecimiento tanto de la Federación Española de Fútbol como del Consell d'Eivissa y el Ayuntamiento de Vila al público ibicenco por su apoyo.

La RFEF ha tomado buena nota del revuelo que ha generado la visita de la selección a la isla y del modélico comportamiento que tuvo el público durante el encuentro. Tanto es así que pensará en la sede ibicenca para futuros compromisos internacionales de alguna de las selecciones nacionales.