El Consell Insular d'Eivissa i Formentera ha vuelto a ofrecer síntomas de mala planificación y escaso interés por el consenso y la transparencia. La elaboración del Plan Territorial Insular, documento que establecerá las bases del futuro crecimiento urbanístico y social de las Pitiüses, se está llevando a cabo con tal hermetismo que incluso ha rozado el ridículo, como sucedió la pasada semana en las jornadas sobre Ordenación del Territorio, cuando los expertos que impartieron las sesiones no soltaron prenda, presumiblemente aleccionados por el Consell, sobre la elaboración y las líneas de este macrodocumento, circunstancia que desató el asombro y la incredulidad de los allí presentes.

Pero el hermetismo palpado en estas sesiones también se ha vivido en la sede de la institución insular. Paralelamente a la celebración de estas jornadas, ayer se cumplía el plazo, aprobado en un pleno del Consell, para convocar una sesión en la que el equipo de gobierno debía detallar las líneas maestras del PTI. Pues bien, el asunto no se va a llevar a pleno. El Pacte se ha limitado a convocar hoy una comisión de seguimiento ante la indignación de Partido Popular y Els Verds. Dice la oposición que el Pacte está haciendo el ridículo en este asunto, y no anda desencaminada. A los progresistas parece habérseles olvidado que el consenso en democracia es fundamental, y en este caso más que necesario.

Si el futuro de las Pitiüses se encuentra en manos de este documento, lo lógico y natural es que se establezca un diálogo con todas las partes, mas si cabe cuando se está gobernando en minoría. Encerrarse en sí mismo cuando no tienes el apoyo del resto de grupos y no muestras síntomas de diálogo puede provocar que, a la larga, el Plan Territorial Insular, acabe siendo un arma arrojadiza y no la solución de nuestro territorio.