Los frentes de Israel se multiplican peligrosamente y aunque en El Líbano se está casi consolidando un alto el fuego, en Gaza las hostilidades continúan un año después de la invasión de la franja por las tropas del primer ministro Benjamín Netanyahu. Sin embargo, el peligro acecha ahora desde el lejano Yemen, desde donde los rebeldes hutíes están lanzando a diario misiles y drones contra las principales ciudades judías. Algunos de estos aparatos han conseguido burlar la sofisticada ‘cúpula de hierro’ (el legendario sistema de defensa aérea de Israel) y han causado daños personales y materiales. La amenaza de las milicias yemeníes parece ser que ha sido infravalorada durante años, ya que los expertos en inteligencia militar apuntaban a que Hamás, en Palestina, y Hizbulá, en El Líbano, eran los principales peligros a los que debía enfrentarse el pueblo israelí. Sin embargo, no hay que olvidar que Irán, el auténtico poder regional, es quién financia y nutre de armamento moderno a estos grupos islamistas, que en poco tiempo se han apuntado éxitos militares notorios, teniendo en cuenta el potencial bélico israelí.

La caída de siria.

Los ataques de los hutíes llegan en un momento especialmente sensible en Oriente Medio, cuando el régimen sirio de Bachad Al Asad ha caído tras décadas en el poder y reina en el país un caos total. De hecho, Siria se encuentra en fase de descomposición y podríamos calificarlo ya de un Estado fallido.

Israel mueve ficha.

Tel Aviv no ha desaprovechado la ocasión para realizar incursiones supuestamente defensivas en los Altos del Golán y ganar terreno a su tradicional enemigo, mientras por aire destruyen almacenes e infraestructuras militares sirias, para que no caigan en manos de los yihadistas. Toda la región es ahora un polvorín a punto de estallar en este estrenado 2025.