La realidad.
El coronavirus es una pandemia mundial que ha trastocado la vida de todos y, en especial, de la sanidad pública y de los profesionales que trabajan en ella. En este sentido, los vaivenes de este nuevo virus no han contribuido a paliar o disminuir las listas de espera. De hecho, Can Misses tuvo que suspender las operaciones programadas no urgentes el pasado 27 de julio para afrontar el pico máximo de esta quinta ola. A finales del mes pasado, Can Misses empezó su desescalada y se volvieron a habilitar espacios para pacientes no covid, así como las operaciones programadas no urgentes.
Las soluciones
Con un año y medio de experiencia de coronavirus es evidente que todos tenemos que aprender a convivir con este virus, incluida la sanidad pública. En este sentido, no hay que olvidar que hay otras dolencias y enfermedades más allá del covid y que detrás de cada número de la lista de espera hay una persona que aguarda paciente su turno. Más allá del coronavirus, el responsable de esta ingente lista de espera es el Govern, que es quien gestiona la sanidad pública. El Ejecutivo autonómico y la Conselleria balear de Salud deben poner soluciones efectivas y reales para intentar reducir estas listas de espera. Estas soluciones pasan por fidelizar y consolidar la plantilla actual, además de contratar a más gente. En este sentido, los sindicatos profesionales llevan años advirtiendo del déficit de personal en Can Misses; un déficit que se ha notado más, sin duda, durante los picos de las olas de coronavirus. Los esfuerzos se tienen que centrar en reducir las listas de espera y no en debates como el uso de la lengua catalana en la sanidad pública, que también es importante, pero no tanto como esperar cuatro meses a que te atienda un especialista en Can Misses o seis meses para entrar a quirófano.