El modelo de movilidad de la ciudad de Ibiza es un asunto irresoluto. Lo pone de manifiesto las propuestas que con motivo de las próximas elecciones del 26 de mayo ponen sobre la mesa las diferentes formaciones políticas. Y es que tanto la circulación vial, la regulación del estacionamiento y la existencia de aparcamientos disponibles y sobre todo la posibilidad de moverse adecuadamente en transporte público y sin usar el vehículo particular, condicionan de manera importante la vida de los ciudadanos. Y en la capital de la isla, esto no se ha resuelto convenientemente.
Faltan plazas de aparcamiento.
La necesaria peatonalización de amplias zonas antes saturadas de vehículos, como la plaza del Parque o el paseo Vara de Rey, con la consecuente reducción de plazas de aparcamiento para los residentes,no vino acompañada de medidas para garantizar la posibilidad de estacionar. De ahí que ahora los partidos propongan la creación de aparcamientos soterrados en diversos puntos de la ciudad. E incluso eso sirve de argumento de crítica entre partidos de izquierdas, como Guanyem (Ara Eivissa) y Unidas Podemos, aunque se percibe que sus enfrentamientos dialécticos en las redes sociales esconden motivaciones de índole personal más que divergencias políticas de calado.
No todos pueden caminar.
La ciudad necesita garantizar la movilidad de los vecinos y visitantes. Sostener como hace el teniente de alcalde Joan Ribas, candidato de Ara Eivissa a la alcaldía de Vila, que desde la estación de autobuses Cetis hasta el paseo Vara de Rey sólo hay 12 minutos, es olvidar que hay muchas personas a quienes esa distancia les supone tanto como subir al Everest. Sacar los vehículos particulares de la ciudad sin garantizar la movilidad de las personas mayores, enfermas, embarazadas o con movilidad reducida, es una barbaridad. Lo importante de un modelo de movilidad aceptable es que los vecinos puedan elegir cómo desplazarse según sus necesidades, haciendo compatible y armónica la convivencia de vehículos y peatones. Pero hay políticos poco dispuestos a garantizar la libertad de los ciudadanos, como se puede ver.