Este periódico ha ido informando en los últimos días sobre el vertido en la bahía de Talamanca de aguas sucias y malolientes, que la propia Conselleria de Medi Ambient del Govern balear ha confirmado que procede del antiguo emisario. El Ejecutivo balear ha justificado que el Ministerio para la Transición Ecológica ha desviado las aguas sucias de las obras que se están llevando a cabo en el tanque de tormentas del puerto, y para ello han utilizado el antiguo emisario de Talamanca. La actuación del Ministerio, se dijo, se ha realizado sin consultar al Govern balear. Pero se ha sabido que los vertidos que ayer mismo se sucedían proceden de la depuradora de Vila, lo cual es aún más grave.

Gravedad.
Es realmente grave que un organismo público pueda actuar de esta forma y provocar conscientemente estos vertidos a las puertas de las fiestas de Semana Santa, y todo lo que implica para hoteleros y restauradores de la históricamente maltratada bahía de Talamanca. Es muy preocupante, además, que se utilice un emisario que dejó de usarse, recordemos, debido a los problemas medioambientales que estaba generando en la zona, y que provocó en su día grandes protestas de vecinos y comerciantes. Todos nos acordamos de las contundentes gestiones que realizaban agentes de la Conselleria de Medio Ambiente para evitar que los barcos agravasen la situación del emisario y evitar así vertidos. Pues ahora es la propia Administración la que desvía aguas sucias a Talamanca de forma totalmente consciente.

Dos varas de medir.
¿Qué ocurriría si cualquier particular realizase obras y decidiese desviar las aguas sucias voluntariamente al mar, tal y como ha hecho el Ministerio? Y ahora además se utiliza el viejo emisario para evacuar las aguas supuestamente depuradas, aunque malolientes. El Gobierno central ha demostrado poca sensibilidad y la Conselleria de Medi Ambient ha incumplido su obligación de garantizar y proteger la costa balear. Hubiese bastado que el departamento que dirige Vicenç Vidal aplicase la mitad de celo que cuando perseguía a yates que supuestamente contaminaban tanto la bahía de Talamanca. Otro episodio incomprensible de la Conselleria que dirige Vidal.