La ley de pisos turísticos, camino del fracaso

Sensación de descontrol. La imagen que ha ofrecido el Govern en relación a la regulación de los pisos turístidos ha sido la de descontrol, la de no saber muy bien qué hacer con este problema que otras ciudades sí están resolviendo con firmeza mientras en Balears la situación sigue cada año peor que el anterior. Ha habido falta de previsión al respecto y el problema no solo se produce ya en Ibiza o Formentera, donde muchos ciudadanos tienen que abandonar sus pisos a finales de abril para que las viviendas sean alquiladas a turistas. Ahora ya en Mallorca la situación es similar. No hay pisos para alquilar todo el año y la poca oferta que existe está, lógicamente, por las nubes.

Sin consenso. La no aprobación de la ley de alquiler turístico sería un auténtico jarro de agua fría para el Govern. La portavoz del Ejecutivo, Pilar Costa, aseguraba ayer que finalmente se salvarán las diferencias, pero el problema es el de siempre: el Govern está en manos de un partido, Podemos, cuyos criterio no siempre se basa en el interés general. El mismo líder de Podemos que quiere prohibir el alquiler turístico es el que hace unos años realquilaba su propia vivienda en Mallorca, y no declaraba los ingresos a la Agencia Tributaria. Sea lo que sea, el documento de la ley que ahora está en el Parlament no es el que quiere el Govern. ¿Aceptará el Ejecutivo una regulación con la que no está de acuerdo o, finalmente, retirará la ley? Sin duda, todo un dilema. Mientras, el problema empeora día a día.