El Ayuntamiento de Vila ya tiene fecha para el desalojo de 20 viviendas de sa Penya. Será entre los días 26 y 27 de abril, entre fuertes medidas de seguridad, y la operación implicará la salida de estas casas de un total de 60 personas, de las cuales una veintena son menores de edad. Con este desalojo se cumple un auto judicial que daba cuatro meses al Ayuntamiento de Vila para forzar el desalojo de unas casas que están ocupadas de forma irregular y que deben volver a la titularidad pública. El Ayuntamiento de Vila está coordinando una operación que incluirá grandes medidas seguridad, con un perímetro para que nadie pueda acceder al conflictivo barrio cuando se inicien los desalojos.

Muy necesario. El desalojo de una vivienda nunca es un plato de buen gusto, pero en esta ocasión los desahucios están más que justificados. No es lógico que ocupen las casas personas que ya habían sido indemnizadas por abandonarlas. No es tampoco lógico que el barrio se haya convertido durante muchos años en un gran supermercado de la droga, donde los vendedores de sustancias prohibidas se sienten totalmente protegidos por la ubicación del barrio. Por lo tanto, con los desahucios se recupera la normalidad, una normalidad que tendría que haberse producido hace muchos años, y que será fundamental para la futura rehabilitación del barrio, situado en un enclave privilegiado de Vila.

Hora de la verdad. La ciudad de Vila necesita sa Penya para su desarrollo urbano. Se trata de un barrio marcado por la droga, aislado del resto de Dalt Vila, pero parece que ha llegado la hora de la verdad. Tras el desalojo de las 20 viviendas previstas para el 26 y 27 de abril, aún faltarán 7 viviendas por desalojar. Los jueces todavía deben pronunciarse, pero todos los precedentes señalan que las casas también serán desahuciadas. Sa Penya iniciará en breve una nueva etapa, con el imprescindible impulso que se ha dado desde el gobierno municipal de Rafel Ruiz. Es loable el trabajo que está realizando el Ayuntamiento de Vila para poner fin a la anormalidad de Sa Penya. La ciudad se lo agradecerá.