Hoy es un día crucial para decidir las políticas que deben aplicarse en los próximos cuatro años en Eivissa y Formentera. Los ciudadanos, libremente, deben elegir a sus representantes en los ayuntamientos, consells y en el Parlament. Todo parece indicar, a tenor de las encuestas, que puede haber cambios significativos, pero los sondeos, como se ha demostrado en Gran Bretaña, no suelen ser infalibles y todo puede ocurrir esta noche durante el recuento. Es posible que haya cambios de mayorías por un puñado de votos, o que se mantenga la situación actual. Hay muchas variantes que pueden modificar el resultado final.
La campaña electoral. Oficialmente han sido dos semanas de campaña, pero parece que la propaganda electoral ha durado mucho más. En este tiempo los distintos partidos han hecho sus propuestas electorales, algunas poco factibles, pero otras más rigurosas que deberían tenerse en cuenta en los próximos años. Evidentemente, los políticos que entren en las instituciones de las Pitiüses se encontraran con una situación económica mucho mejor de la que había en 2011, con unas arcas públicas bastante saneadas. Con este rigor debe seguir gestionándose el dinero público, sin inversiones estravagantes ni despilfarros. De lo contrario, los ciudadanos suelen pasar factura cuando vuelva a haber una cita con las urnas.
No hacer experimentos. Pase lo que pase esta noche, los partidos que gobiernen en estas Islas deben saber que el turismo, nuestro motor económico, es materia sensible. Cualquier experimento que se ponga en marcha con poco rigor puede ser fatal para nuestra industria. Eso significa menos turistas y más desempleo. Las Pitiüses, como el resto de las Islas, ya han vivido momentos muy complicados y debemos asumir que el sector turístico ibicenco y formenterense es la envidia de muchos destinos. Por este motivo, que los futuros gobernantes eviten políticas de agresión a los empresarios, que son los que en momentos difíciles han sabido tener el temple necesario para seguir avanzando y los han modernizado sus establecimientos para ser la envidia de medio mundo. Gane quien gane, que predomine el sentido común.
2 comentarios
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¿para quién funciona? para los de siempre. Que mensaje más singular y conservador del aquel que muestra temor y miedo a que le cierren su chiringuito personal y económico. "Señores y señoras voten a la derecha porque así saldré beneficiado yo". Que pena pedir "coherencia y responsabilidad" cuando este govern y parlament solo ha tenido la decencia de defender lo idefendible y beneficarse entre ellos, aun pidiendo el votos de todos y sin contar con éstos últimos.
"...que en momentos difíciles han sabido tener el temple necesario para seguir avanzando y los han modernizado sus establecimientos para ser la envidia de medio mundo" Desafortunadamente he de atreverme a negar la mayor y posicionarme en contra de esta afirmación, sin entrar en otros aspectos de este editorial... No seamos hipócritas, querer sacar pecho de esta manera no hace más que faltar a la verdad... Recordemos los inicios del turismo ibicenco, cuando aquella horneada de turistas atiborrados de dinero para gastar, procedentes de media Europa, tomaba tierra en nuestra isla para hacer las delicias de hoteleros, hosteleros, comerciantes, etc. Era el siglo de oro del turismo pitiuso, que desafortunadamente dejamos a su suerte, abandonandolo, sin mimarlo, sin prestar atención a su agonia. Ahora bien, esto no fue fruto de unos gobernantes, ni de unas políticas económicas desafortunadas, ni de un gran cambio político... A Papa estado no se le puede culpar de todo, por mucho que a muchos les pese. La culpa fue nuestra, la culpa fue del tejido empresarial de la isla, de los hoteleros, de los hosteleros, de los comerciantes, todos nosotros cegados por el símbolo del $ cada vez que abriamos la caja de nuestros respectivos negocios. No supimos reinvertir, no supimos mejorar, no pensabamos que habría competidor alguno en un futuro cercano que nos podría arrebatar este turismo tan agradecido por tan poco. Recuerdo que las camas de algunos hoteles de "prestigio" regentados por familias my "respetables" y muy acomodadas de la isla, podían bien pasar por los catres de un hostal de mala muerte del centro de Bangladesh, pero poco importaba, porque el turista seguía abriendo su cartera religiosamente. En resumidas cuentas, nuestro "debil" turismo no es mas que fruto de una falta total y absoluta de responsabilidad, de sentido común y de buen hacer. La avaricia rompió el saco, mis queridos lectores.