Lo de siempre. Los actores suelen aprovechar la gala de los Goyas para hacer reivindicaciones, casi siempre contra el Gobierno, y para mostrarse brillantes, ingeniosos y maravillosos, aunque más de uno ha hecho un rídiculo histórico por no saber la diferencia entre el ingenio y la chorrada. Recordamos a la actriz Candela Peña que utilizó a su padre enfermo para reinvidicar una mejor sanidad pública. Peña dijo que su padre pasaba frío y sed en un hospital público por culpa de los recortes. La dirección del hospital tuvo que salir al paso días después para explicar la auténtica realidad. Ni pasó frío ni sed. Nada de lo que contaba Peña era cierto, pero la actriz arrancó muchos aplausos fáciles del público a costa de contar una versión deformada sobre la hospitalización de su padre.
Se espera algo más. Sin duda, todos los aficionados al cine esperan una gala de los Goya con chistes, ataques y críticas al ministro Wert, pero lo de Dani Rovira fue totalmente innecesario. Algunos deben pensar que es un asunto menor, pero no beneficia en nada la imagen de la isla. Hacer creer que Eivissa es solo drogas y discotecas es faltar a la verdad, dar una imagen deformada. Mucho del trabajo que hace el Consell en las ferias turísticas, intentando vender una Eivissa con muchas alternativas, explicando a los turistas todo el abanico de posibilidades que tienen, se va al traste por culpa de los chistes innecesarios que, además, tienen tanta audiencia televisiva. Para otras ediciones, que sean más prudentes.
1 comentario
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Desde antes de hacer el chiste , ya se sabía como reaccionaria la gente , habrá defensores y no y esa es la cuestión si juzgas serás juzgado.