1. No seguir un orden lógico:
Limpiar sin un plan específico puede llevarte a limpiar varias veces el mismo sitio. Es fundamental seguir un orden lógico, como limpiar de arriba hacia abajo y de una habitación a otra, para evitar ensuciar áreas que ya has limpiado.
2. Usar demasiado producto de limpieza:
Contrario a la creencia popular, usar más artículo de limpieza no significa que limpiarás mejor o más rápido. De hecho, el exceso de producto puede dejar residuos y manchas, lo que significa que tendrás que limpiar de nuevo.
3. No leer las etiquetas:
Cada producto de limpieza tiene instrucciones específicas además de especificar para que tipos de superficies está diseñado. No leer estas indicaciones puede llevar a dañar tus objetos o a una limpieza ineficaz.
4. Usar la misma herramienta de limpieza en todas partes:
Es muy común utilizar el mismo trapo o esponja para limpiar diferentes áreas de una misma habitación, si lo haces de esta manera puede esparcir gérmenes y suciedad de un lugar a otro. Es importante usar herramientas diferentes o limpiarlas adecuadamente entre usos.
5. No permitir que los productos actúen:
Muchos productos, especialmente aquellos que son desinfectantes y limpiadores específicos para el baño o la cocina, necesitan tiempo para actuar. Limpiarlos inmediatamente después de aplicarlos reduce su efectividad.
6. Limpiar con una escoba en lugar de aspirar:
Barrer puede parecer más rápido, pero a menudo solo mueve el polvo de un lugar a otro. Aspirar es más efectivo para capturar el polvo y los alérgenos, especialmente en alfombras y tapetes. Si quieres hacerlo todavía mejor primero barre y después pasa el aspirador para una limpieza todavía más efectivo.
7. Olvidar la limpieza de herramientas:
Es esencial limpiar y mantener tus herramientas de limpieza. Una fregona sucia o un paño lleno de bacterias solo redistribuirán la suciedad. Cuando veas que hay mucha suciedad más vale cambiarlo por otro que seguir utilizándolo.
8. Limpiar las ventanas en días soleados:
Aunque pueda parecer bastante extraño, limpiar las ventanas en un día soleado puede causar que el limpiador se seque demasiado rápido, dejando rayas. Es mejor hacerlo en un día nublado.
9. Ignorar las instrucciones de limpieza de los electrodomésticos:
Todos los electrodomésticos tienen instrucciones específicas de mantenimiento y limpieza. No tenerlas en cuenta puede llevar a un mal funcionamiento y a la necesidad de limpiar más a menudo.
10. No desinfectar dispositivos electrónicos y interruptores:
A menudo olvidamos limpiar dispositivos electrónicos, interruptores y enchufes de nuestro hogar, y no nos damos cuenta de que son focos de gérmenes. Limpiarlos regularmente puede mejorar la higiene de tu hogar. Intentar evitar estos errores comunes no solo te ahorrará tiempo y esfuerzo, sino que también mejorará los resultados de tu limpieza. Con estos consejos en mente, podrás mantener tu hogar limpio y acogedor de manera eficiente y efectiva.
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