Quien si puede tener respuesta cierta es la ciencia, que ya ha demostrado que las emociones tienen su origen en estímulos que provocan reacciones químicas en nuestro cerebro y, por lo tanto, pueden ser manejadas a pesar de las condiciones externas. Esta química produce sustancias llamadas «hormonas de la felicidad» como la serotonina, la dopamina o las endorfinas. Estas hormonas se liberan cuando experimentamos emociones positivas.
La serotonina, en especial, es uno de los principales neurotransmisores del cerebro humano. Tiene múltiples funciones que contribuyen a regular su equilibrio. No obstante, aunque se la que conoce popularmente como la 'hormona de la felicidad', lo cierto es que no es una hormona ni se limita exclusivamente a estimular el ánimo. Pero, realizar varios hábitos fáciles en nuestro día a día sí consiguen que nos sintamos más felices.
Así que, para favorecer lo que nos hace más felices, la revista National Geographic ha seleccionado cinco acciones que tienen un respaldo científico. Y, el primer hábito es ponerle nombre a las emociones.
Arthur Brooks, científico social de la Universidad de Harvard, explica que no debemos rechazar la infelicidad, sino vivir todas las emociones que existen y gestionarlas de forma saludable. Para aprender a gestionar las emociones de manera sana hay que saber cuáles son, ponerles nombres y así mejoraremos nuestra salud mental. Así que, desde niños, debemos aprender a validar nuestras emociones y nombrarlas para comprender lo que nos pasa y poder actuar.
Importancia de las relaciones sociales
El libro 'Cómo hacer que te pasen cosas buenas' de la psiquiatra Marian Rojas cuenta que una de las claves para la felicidad es sentirse querido y acompañado. Y, como seres sociales, necesitamos relacionarnos para tener relaciones que nos aporten disfrute y satisfacción. Otro componente básico de la felicidad, según Brooks.
Hacer ejercicio y salud mental
Este punto es muy importante, ya que practicar deporte, además de ser beneficioso para el cuerpo y la salud, produce endorfinas que nos hacen sentir mejor y a nuestro cerebro en forma. Muchos estudios científicos relacionan, de hecho, la salud física con la mental.
Y, por supuesto, hablarse a uno mismo bien y evitar la auto-exigencia. Si somos críticos con nosotros mismos en exceso, impedimos vivir el presente y tener confianza. Así que, un diálogo positivo con nosotros es importante, según un estudio de la Universidad de Michigan.
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