El método 7-38-55 que está revolucionando la manera de evitar discusiones

Mehrabian ha publicado su método del campo de la psicología y detalla como aplicarlo

Un ciervo encima de una montaña, fotografía en blanco y negro. | PEXELS

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Discutir hoy en día más que ayudar a resolver conflictos, muchas veces termina con el efecto deseado, un desentendimiento por parte de dos o más personas trayendo consigo sentimientos de incomodidad o rechazo, que como resultado acaban influyendo en la calidad del vínculo.

Es por ello que «aprender a discutir» resulta una herramienta indispensable para poder cuidar y mantener a las personas que más valoramos y queremos en nuestra vida.

Sobre esta idea, Albert Mehrabian, un psicólogo e investigador estadounidense de origen armenio, ha hecho público su estudio y con ello un método concreto para paliar con estas situaciones.

Lo ha denominado «7 – 38 – 55», y ha dado especial importancia a la cualidad no verbal mientras se lleva a cabo la discusión, lo que se denomina popularmente como la «comunicación no verbal». El psicólogo ha querido resaltar la influencia que el lenguaje corporal tiene sobre la interpretación de los mensajes, los cuales el cerebro capta de una forma más intensa antes que las propias palabras. De forma específica, el lenguaje no verbal tiene que ver con los gestos corporales, faciales y el tono de la voz, «Solo el 7% de la comprensión de un mensaje depende de las palabras», ha apuntado Mehrabian. El restante, un 38% proviene del tono de voz y el 55% restante del lenguaje corporal.

Un consejo para poder aplicarlo en el día a día es fijarse en como el cuerpo recibe y se expresa, tomar consciencia sobre los propios gestos, incluyendo la postura y la tonalidad de la voz. La clave con ello, es alinear las palabras con el tono y el lenguaje corporal, siempre de la forma que podamos mostrarnos de la forma menos dominante o agresiva, y por tanto alcanzando comunicarnos de forma asertiva, contrario a la comunicación agresiva o pasiva.

«Comunicación asertiva»

Este tipo de comunicación y manera de expresarse tiene como pilar principal el respeto mutuo, es decir percibir al otro como un igual, evitando por tanto posicionamientos de superioridad o inferioridad sobre uno mismo o sobre la otra persona.

Es importante también, a la hora de expresarse, hacerlo de una forma firme y clara, pero sin caer en la agresividad o en la pasividad. Comunicarse con un tono de voz y una postura neutra más que dominante o sumisa.

Además, tiene como objetivo encontrar el equilibrio entre las propias necesidades y las del otro, lo que significa apostar por el entendimiento sin juzgamientos, logrando aceptar y comprenderse primeramente. Invita por tanto a conectar con la vulnerabilidad, la empatía y no menos importante, la honestidad, propia y entre dichas personas.

Con todo ello, solidificar y finalmente transmitir los propios límites, lo que para uno resulta indispensable que la otra persona tenga en cuenta y se trate con respeto, en forma de decisiones u acciones, y viceversa. Recordar también, que para que estos puedan mantenerse, la importancia del propio compromiso, tomar las acciones u decisiones necesarias con tal de preservar y proteger estos límites propios.

Esta forma de lidiar con los conflictos, mediante la comunicación asertiva, resulta además un éxito a la hora de fortalecer la autoestima, llegar a profundizar y conectar con uno mismo, con la propia verdad pues se sostiene en el autoconocimiento. Con ello, y como un pez que se muerde la cola, se fortalece una base sólida y segura de forma interna, lo que se traduce en autoestima, seguridad y amor propio, al tenerse como guía y de donde sostenerse.

Aquí en España este método esta cogiendo cada vez más fuerza, no solamente entre relaciones interpersonales sino en los ámbitos de jefatura, negociaciones, liderazgo como entre asociaciones o agrupaciones.