Una mujer se suena los mocos. | Mojca-Peter from Pixabay

Los mocos suelen salirnos cuando estamos resfriados o se producen de forma natural en nuestras fosas nasales. El color que tienen estos puede indicar una mayor o menor salud inmunológica, por lo que es importante que no se pase este detalle desapercibido.

El color transparente indica una buena salud. Principalmente el moco está compuesto de agua combinado con proteínas, sales y células que mantienen húmedas las fosas nasales y atrapan partículas. En las alergias puede haber sobreproducción de este.

El color blanco indica que hay una congestión, por lo que están inflamados los tejidos nasales y el flujo del moco se espesa más. En este sentido, este indica que hay una infección, como un resfriado.

El amarillo quiere decir que el sistema inmunológico está combatiendo contra la infección. Los glóbulos blancos mueren y liberan enzimas que dan un color amarillento para poder combatir el virus. Suele ocurrir cuando hay una gripe un virus respiratorio sincitial.

El moco verde es una respuesta del sistema inmune de forma más intensificada, ya que la enzima mieloperoxidasa libera este tinte y destruye patógenos. El color verde indica una infección bacteriana, pero también es una respuesta robusta a patógenos virales agresivos.

El tono rosa o rojo en el moco quiere decir que hay sangre. Suele ocurrir cuando se irrita el tejido nasal o cuando está seco, como cuando nos sonamos la nariz en exceso o hay mucho aire seco. Aunque sea un indicativo de sangre, no suele ser nada preocupante.

El color marrón o naranja es una mezcla de sangre y moco de la inhalación de contaminación ambiental, como son el humo y el polvo. No indican nada grave, pero sí una irritación o inflamación prolongada.

Por último, el moco negro es el menos común e indica un problema grave, como una infección fúngica o una alta exposición a agentes contaminantes, como es el humo del cigarrillo. Si persiste este tono es importante acudir al médico.