El estrés es un problema común en la sociedad actual, y las técnicas para combatirlo son cada vez más variadas. Una de ellas es el método noruego conocido como Koselig, que se ha popularizado por su enfoque en la creación de un ambiente acogedor y tranquilo para reducir el estrés. Inspirado en la vida cotidiana de los noruegos, Koselig se centra en encontrar la felicidad en las pequeñas cosas y en generar un espacio de calidez que invita a la calma, algo particularmente útil durante los largos y oscuros inviernos nórdicos.

A diferencia de otras prácticas de reducción de estrés, como la meditación o el yoga, Koselig no requiere técnicas complejas ni rutinas estrictas. Su base es crear una atmósfera agradable, tanto en el entorno físico como en el emocional. Esto se traduce en actividades como encender velas, disfrutar de una comida reconfortante o pasar tiempo con amigos y familia en un entorno relajado. El objetivo es desconectar del estrés diario y conectar con el presente, apreciando los pequeños momentos de felicidad.

Este enfoque noruego subraya la importancia de los detalles sencillos para mantener un equilibrio emocional. Según diversos estudios, crear un ambiente acogedor y positivo tiene un impacto directo en el bienestar mental, ayudando a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Además, el método promueve la interacción social y el autocuidado, dos factores claves para reducir la ansiedad.

Koselig es más que solo una técnica para combatir el estrés; es una forma de vida que invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y a buscar momentos de satisfacción en lo cotidiano. Si bien nació en un contexto nórdico, esta práctica puede ser adaptada a cualquier cultura y clima, convirtiéndose en una herramienta versátil para quienes buscan mejorar su bienestar mental y emocional.