Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, ha declarado este martes en Bruselas que no tiene intención de escapar de la acción de la Justicia, pero ha admitido que se queda en la capital belga. "No queremos ni enfrentamientos ni violencia", ha declarado Puigdemont, que de nuevo ha insistido en sus planteamientos políticos, ha dicho que los resultados electorales del 21 de diciembre serán una nueva prueba democrática para mostrar el peso del independentismo, y ha acusado al Gobierno central de aplicar el artículo 155 desde la violencia y la represión. Pero lo que parece tener claro Puigdemont es que él seguirá el Bruselas, sin concretar si lo pedirá asilo político.

El abogado que durante años ha defendido a varios etarras detenidos en Bélgica para tratar de evitar su extradición a España, Paul Bekaert, ha asegurado que se ha reunido este lunes con el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien le ha designado asesor legal.

"He hablado personalmente con él. La conversación tuvo lugar en Bélgica, pero no puedo decir nada al respecto", ha indicado el letrado a la cadena flamenca VRT.

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Bekaert ha añadido que Puigdemont le ha pedido que "defienda sus intereses en Bélgica en el futuro".

El abogado Bekaert es conocido en España por haber defendido a varios miembros de la banda terrorista ETA detenidos en Bélgica y para los que las autoridades españolas solicitaron la extradición.

En total, Bekaert se encargó de cuatro casos, entre ellos los de los presuntos colaboradores de ETA Luis Moreno y Raquel García, cuya extradición a España fue rechazada.

En declaraciones a Europa Press previas a conocerse que asesorará a Puigdemont, Bekaert ha recordado este mismo lunes que en todos los casos intentó la vía del asilo político para evitar la extradición de sus defendidos, pero que "en todos los casos (esa posibilidad) fue rechazada" por las autoridades competentes.

Viaje sorpresa

Puigdemont ha viajado en las últimas horas a Bruselas, según ha avanzado 'El Periódico' y han confirmado a Europa Press fuentes conocedoras de la situación, y junto a él se encuentran los exconsellers Joaquim Forn, Meritxell Borràs, Meritxell Serret, Dolors Bassa y Toni Comín.

Por su parte, los nacionalistas flamencos de la N-VA, que forman parte de la coalición del Gobierno belga, se han desmarcado este lunes del viaje del expresidente catalán, afirmando que no responde a una invitación del partido, según ha confirmado a Europa Press el portavoz de la formación, Joachim Pohlmann.

Además, fuentes del ministerio del Interior belga han informado a medios locales que el ministro Jan Jambon, de la N-VA, «no está al corriente» de esta visita, así como que no ha tenido «ningún contacto» con Puigdemont durante los últimos días.

La sorpresiva noticia del traslado de Puigdemont a la capital belga ha motivado que una treintena de periodistas haya montado guardia ante las sedes de la oficina de la Generalitat en Bruselas, del partido soberanista flamenco N-VA y del Centro Maurits Coppieters, favorable a la autodeterminación, en busca del expresidente catalán.

Su paradero, una incógnita

Puigdemont viajó a Bruselas desde Marsella (Francia) y a pesar de la visita, confirmada por el Gobierno español, quien ha destacado que no hay aún motivos para coartar su libertad de movimiento, no ha sido visto en las instituciones comunitarias ni en ningún otro lugar público.

Diversas fuentes han apuntado que Puigdemont podría estar preparando una estrategia legal en compañía de abogados y asesores, con vistas a una eventual solicitud de asilo político en Bélgica y que mañana, martes, podría hacer algún tipo de declaración.

Desde 2008 nueve ciudadanos españoles han solicitado asilo en Bélgica, aunque finalmente no se ha concedido a ninguno de ellos, según datos facilitados por el Comisionado General para los Refugiados y Apátridas, la institución que se encarga de estudiar las peticiones en el país.

El viaje tiene lugar sólo un día después de que el secretario de Estado de Asilo y Migración belga, Theo Francken, provocase una polémica al abrir la puerta a la concesión de asilo a Puigdemont; esta oferta fue poco después negada por el primer ministro, Charles Michel, quien aseguró que el asunto «no está en la agenda» de su Gobierno.

Además, se ha producido el mismo día en que el fiscal general del Estado, José Manuel, ha anunciado una querella contra los ex miembros del Govern por los delitos de rebelión, sedición y malversación.