Así se desprende del primer Panel de cuantificación del desperdicio alimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), que ha presentado este miércoles en la reunión de la VII Comisión de Seguimiento de la Estrategia 'Más alimento, menos desperdicio', celebrada en el marco de Madrid Fusión 2016.
Este estudio, permite cuantificar los alimentos sin procesar que se desechan por deterioro o caducidad, así como los alimentos cocinados o en recetas que se eliminan por sobrar o por deterioro.
25,5 millones de kilos por semana
Este estudio también constata que los hogares españoles desechan semanalmente 25,5 millones de kilos de alimentos. «De esta forma, la proporción del desperdicio en los hogares españoles es del 4,53% sobre el total de los alimentos comprados. No se desperdicia en la misma proporción lo que se compra, existiendo diferencias significativas por productos», subraya Medio Ambiente.
Sobre los alimentos sin procesar, que ocho de cada diez hogares tiran a la basura por considerar que no están en buen estado, las frutas, las verduras y el pan fresco son los más desechados, representando el 48,1% del volumen de desperdicios.
Eso sí, este panel constata que es menor el desperdicio de alimentos una vez preparado el producto. De hecho, revela que tres de cada diez tiran parte de las recetas que preparan a la basura, siendo mayor la cantidad que se desperdicia directamente desde la nevera que la que se desperdicia por no consumirse en la mesa.
Asimismo, desvela que tanto en ingredientes sin cocinar como en platos preparados, en primavera-verano se desperdicia un 9,4% más que en otoño e invierno.
2 comentarios
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Es que ciertos alimentos no duran lo que deberían y se ponen malos enseguida.. Da pena tirar comida, pero si comemos fruta podrida, pan lleno de moho o embutidos que se han puesto verdes, corremos peligro de enfermar gravemente. Que echen la culpa los fabricantes, que fabrican sus productos con materia prima de baja calidad . Sin ir mas lejos, hoy he tirado unos butifarrones que tenía hacía no mucho porque estaban podridos, cuando es un embutido cocido y hecho para que aguante al menos seis meses.
Dudo que la crisis de ahora sea tan dura como el año 1940, de la postguerra. Trabajo en una gasolinera y al medio día se tiran muchas baguettes cocidas por la mañana porque la gente ya no las quiere. No son crujientes. Dudo que la gente que vivió la Guerra Civil fuera tan exigente o quisquillosa como ahora o, sin necesidad de remontarse en el tiempo, a los niños desnutridos de Burundi o Mali este pan que va a parar a la basura les parecía el mejor de los pasteles.