Varios cientos de personas se concentraron ayer en París para reclamar el fin de la amenaza de lapidación que pesa sobre Sakineh Mohammadi, condenada en su país por complicidad en el asesinato de su marido y por adulterio.
La manifestación, que se desarrolló en la explanada del Trocadero, frente a la torre Eiffel, también sirvió de protesta contra la represión que ejerce el régimen de Teherán, una cuestión en la que Francia pretende movilizar de forma más resuelta a todos sus socios de la Unión Europea.
El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, delante de embajadores de su país, volvió a hacer un llamamiento para endurecer la postura con Irán sobre esta cuestión. «He escrito a todos mis colegas de la Unión Europea para que nuestra movilización, la de los 27, sea colectiva en la cuestión de los derechos humanos, como lo es con la proliferación nuclear», indicó. El ministro ha pedido a la responsable diplomática de la UE, Catherine Ashton, que la Unión envíe una advertencia de sanciones a las autoridades de Teherán para que se anule la pena.
Por su parte, el Alto Consejo Judicial de Derechos Humanos iraní ha criticado a los gobiernos e instituciones
internacionales que han arremetido contra su sistema judicial ya que carecen de todos los elementos de juicio necesarios y que influyen en el caso.
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