La situación es «catastrófica» en la ciudad ucraniana costera de Mariúpol, asediada por las tropas rusas, e intentar huir es «jugarse la vida», según la ucraniana residente en España Anfisa Motora, basada en los testimonios de su padre, otros familiares, amigos y otras personas que se encuentran allí. Motora hizo un llamamiento desesperado, en declaraciones a Efe, para reclamar la presencia urgente de la Cruz Roja, que posibilite la evacuación de civiles y la ayuda humanitaria. Sin alimentos en las tiendas desde hace días, sin electricidad y desde este domingo también sin gas, es el «apocalipsis» para la gente, cuenta.
No pueden calentarse, cocinar ni hervir agua, pues ya no queda potable y los niños tienen diarrea. Carecen de atención médica y se acabaron los medicamentos y la gente se ha arruinado gastando todo para intentar sobrevivir. Dividida por un río, el lado izquierdo de la ciudad, el más próximo a frontera rusa, está «arruinado», castigado totalmente por la artillería pesada de las fuerzas rusas, explica Motora, casada con un español. En el lado derecho, los rusos no disponen de armamento pesado, pero no dejan acercarse al ejercito ucraniano ni salir a los civiles, a los que utilizan como «escudos vivos». Por eso, querer salir ahora de la ciudad es arriesgarse a morir, aunque cada día hay temerarios que intentan escapar con automóviles todoterreno a campo través, pero que pueden pagar el precio muy probablemente de ser ametrallados. «Dos días seguidos nos engañaron con esperanzas de tregua (...) pero empezaron a disparar» (los rusos), así que los ucranianos dieron la orden de parar la salida de civiles, comenta. Motora, que vive en Valdepeñas (centro español), aseguró que una tregua entre los ejércitos o entre los Gobiernos de Ucrania y Rusia es «imposible».
Por eso apeló a la Cruz Roja como la única organización internacional «autorizada» para evacuar civiles y llevar productos de primera necesidad. «Pero la Cruz Roja -lamentó- nos está ignorando en Ucrania». Mientras que no entre allí con su personal y sus medios, «no hay nada que hacer», que esté presente al lado de los militares ucranianos y militares rusos, pidió. Sin embargo, sus responsables están «asustados e ignorando una catástrofe humana», denunció; están recogiendo donativos en toda Europa, per no hacen «ni un bledo» en Ucrania.
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