Asimismo, esta medida busca mejorar el sistema de revisión de antecedentes y poner en tela de juicio el uso de 'bump stocks', los aparatos que permiten convertir un arma semiautomática en automática y que fueron utilizados por el autor del tiroteo que tuvo lugar en octubre en la localidad de Las Vegas, donde murieron 58 personas.
La normativa, bajo el nombre de ley de Reciprocidad Oculta, ha sido aprobada con 231 votos a favor y 198 en contra en la Cámara Baja. Los requisitos para portar armas de forma oculta en público varían significativamente dependiendo del estado. Algunos gobiernos locales, por ejemplo, niegan los permisos a aquellas personas que tengan antecedentes de violencia doméstica. En otros ocho estados es posible tenerlas sin contar con permiso alguno.
Las voces a favor de la ley, que debe ser aprobada aún por el Senado, han manifestado que, al igual que los carnés de conducir y otros permisos están reconocidos a nivel nacional, las licencias para potar armas no deberían ser una excepción.
Los detractores de la medida, sin embargo, han señalado que ésta pasa por alto los derechos de los estados y han alertado de que aquellos que quieran comprar armas no tendrán más que acudir a los estados en los que la normativa sea más laxa.
«Sabemos que los ciudadanos que pueden llevar armas ocultas no sólo están mejor preparados para actuar en defensa propia sino para proteger a los demás», ha aseverado el congresista republicano Bob Goodlatte, que preside la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes.
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