"En Alemania domina una nueva realidad política", señala el semanario alemán 'Zeit' en su edición digital en referencia a la imposibilidad de reeditar fórmulas ya ensayadas como la gran coalición entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel y el Partido Socialdemócrata (SPD), el apoyo del Partido Liberal Demócrata (FDP) a la CDU o la tradicional alianza entre socialdemócratas, izquierda y ecologistas.
Desde el 24 de septiembre la tercera fuerza política en el Bundestag o Parlamento es AfD. "Esto podría causar que una alianza entre tres partidos deje de ser una excepción para convertirse en una regla", apunta 'Zeit'.
Esta realidad dificulta mucho la formación de un Gobierno de coalición al sentar en la mesa a partidos de políticas contrarias en muchos puntos como el clima, la migración, la contaminación o la política fiscal.
Desde el principio, Alemania fue consciente de las grandes diferencias entre conservadores, liberales y ecologistas. Sin embargo, a pesar de que se especuló sobre la posibilidad de que el primero en abandonar las negociaciones fuera el partido de Los Verdes, al final, tras cuatro semanas de contactos y reuniones maratonianas, acabó siendo el partido liberal FDP el que se levantó de la mesa.
A partir de ese momento comenzó un cruce de acusaciones entre los implicados. Mientras desde Los Verdes acusaban a los liberales de anteponer el interés del partido al del país, desde los liberales criticaban el papel de Merkel como líder en las negociaciones y desde los conservadores hablaban de "diferencias insalvables" entre ecologistas y liberales.
"Para Alemania es un revés. Pocas veces se ha debatido tanto tiempo y de manera tan intensa para abrir la ronda de negociaciones formales para una posible coalición", reconocía el diario 'Süddeutsche Zeitung'.
La decisión de los liberales situó de nuevo todas las miradas en el SPD, ante la posibilidad de que pudiera dar marcha atrás en su decisión de volver a la oposición tras cuatro años de Gobierno con Merkel y de sufrir el peor resultado electoral de su historia, pero el SPD se mantiene firme y ha descartado reeditar una coalición con los conservadores. Por el contrario, asegura no temer una nueva convocatoria de elecciones.
"El hecho de que la única alternativa que quede sea una eterna Gran Coalición, como vivió durante décadas Austria, por ejemplo, es algo que nadie puede desear realmente", señala 'Die Zeit'.
Le negativa del SPD y el fracaso de las negociaciones para la coalición "Jamaica" entre liberales, conservadores y verdes solo deja otras dos posibilidades: nuevas elecciones o un Gobierno en minoría con la inestabilidad que ello conlleva, tanto para el propio país como para la Unión Europea, ya que Alemania es la economía más potente del bloque.
De momento, el presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, hizo hoy un nuevo llamamiento a la responsabilidad política de los partidos y les recordó el mandato que el electorado ha depositado en ellos. Una cosa está clara y es que Alemania se encuentra ante un hecho inédito hasta ahora. "Naturalmente que se trata de un terreno complicado, pero sólo porque no se haya dado nunca esta situación hasta ahora en Alemania no hace que el país se hunda en el caos", considera 'Die Zeit'.
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