Sierra Leona es uno de los países en el mundo con menos profesionales sanitarios: se estima que en total hay 134 médicos para una población de seis millones de habitantes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es decir, 0,22 profesionales por cada 1.000 habitantes.
La pasada semana, uno de los médicos más experimentados de Sierra Leona, Victor Willoughby, de 67 años, fallecía en la capital, Freetown, contagiado del virus mortal. La muerte de un médico en el país de Africa Occidental significa que más de 4.500 personas se quedan sin atención sanitaria.
Desde verano de 2014, el alcance del virus en Sierra Leona ha sido trágico. El saldo de muertes es devastador. En julio, murió uno de los mejores patólogos del país, Sheik Humarr Khan. En agosto, perdieron la vida Modupeh Cole y Sahr Rogers. Olivette Buck falleció en septiembre; Godfrey George y Michael Kargbo, en noviembre mientras que en diciembre han perdido la vida Dauda Koroma, Aiah Solomon Konoyeima y Thomas Rogers.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos aseguran que los profesionales sanitarios se enfrentan en Sierra Leona a una extensión del virus 100 veces superior a la de otros países africanos.
Según el estudio, es «muy difícil» prevenir el contagio del ébola en los trabajadores sanitarios. La OMS dijo en diciembre que al menos 339 enfermeros murieron a causa del ébola en Sierra Leona, Liberia y Guinea.
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