Poco después de que se permitiera el acceso, el diputado y miembro del ala radical del partido conservador Likud, Moshé Feiglin visitó el lugar y fue fotografiado junto a la mezquita de Al-Aksa, tercera en la jerarquía del islam, informó la radio pública israelí.
Este diputado pidió un día después del intento de asesinato del rabino Yehuda Glick el miércoles por un palestino, que fuera permitido únicamente el acceso de judíos a la explanada para llevar a cabo un multitudinario rezo para pedir por su pronta recuperación.
Israel cerró el pasado jueves por primera vez en años el recinto, venerado por los musulmanes, pues alberga la mezquita de Al-Aksa y el noble santuario, coronado por su vistosa cúpula dorada y donde se encuentra la piedra desde la que se cree que Mahoma ascendió a los cielos a lomos de su caballo Buraq.
El lugar también es sagrado por el judaísmo, que durante más de dos milenios ha rezado por los bíblicos templos destruidos y cuyo emplazamiento sitúa ese mismo lugar, en un peñasco del Monte Moriah.
A lo largo del fin de semana local -viernes y sábado-, la Policía israelí ha detenido a 17 personas en relación con vulneraciones del orden en Jerusalén, añadió la emisora israelí.
Desde hace una semana la ciudad tres veces santa cuenta con la presencia de un millar de fuerzas de seguridad adicionales desplegadas para aplacar disturbios y choques que se han reavivado en los últimos meses a raíz del asesinato de tres jóvenes judíos y un adolescente palestino y el conflicto bélico en Gaza el pasado verano.
Tras su clausura completa el jueves, el viernes se permitió el rezo musulmán en la explanada a los mayores de 50 años, por lo que miles de palestinos lo hicieron en distintos puntos de la ciudad en un acto con el que protestaron por las restricciones.
Silwan es una de las áreas árabes del Jerusalén Este donde más tensión se acumula, azuzada por la compra hace unas semanas de varios edificios por parte de colonos radicales judíos que se han instalado en él.
En otro barrio árabe, el de Abu Tor el jueves, tropas israelíes mataron a tiros en el vecino de 32 años, ex convicto y supuesto miembro del grupo Yihad Islámica, principal sospechoso del intento de asesinato del rabino Glick, y que según la versión policial se resistió al arresto y disparó contra los agentes policiales.
Glick recibió cinco disparos cuando salía del centro Menahem Begin, en Jerusalén Oeste, no muy lejos de Silwan, donde había dictado una conferencia titulada «Israel vuelve al Monte del Templo», ante destacados activistas de la derecha y la extrema derecha ultranacionalista israelí.
2 comentarios
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La problema de los judíos es qué no tenien ni casa ni terra siempre están de ocupa
Los musulmanes tienen la mals costumbre, de meter sus pies en todos lados y agravan lod problemas dónde ya los hay, y los crean donde no existen.