En un comunicado, la Presidencia egipcia defendió el citado decreto, que blinda todas las decisiones de Mursi ante la Justicia, y subrayó que busca «cumplir con las aspiraciones del pueblo egipcio y proteger el camino de una exitosa transición democrática».
«La Presidencia reitera la naturaleza temporal de las citadas medidas, que no pretenden concentrar poderes, sino evitar los intentos de socavar dos cuerpos elegidos democráticamente (la cámara alta del Parlamento y la Asamblea Constituyente) y preservar la imparcialidad de la judicatura», dice el texto.
Además, hace hincapié en su compromiso de que todas las fuerzas políticas llevan a cabo un diálogo democrático para «alcanzar un consenso nacional en la Constitución, que es la piedra angular de las instituciones modernas de Egipto».
Desde que el jueves pasado Mursi decidiera blindar sus plenos poderes ejecutivos y legislativos al ordenar que todas sus decisiones sean definitivas e inapelables ante la justicia hasta la entrada en vigor de una nueva Constitución, no han dejado de surgir protestasen las que cerca de 300 personas han resultado heridas.
El presidente islamista también declaró entonces indisolubles las actuales cámara alta del Parlamento y la Asamblea Constituyente, ordenó repetir los juicios a los implicados por la muerte de manifestantes durante la pasada revolución y sustituyó al entonces fiscal general, Abdelmeguid Mahmud, que había ocupado ese cargo desde el anterior régimen de Hosni Mubarak.
Esas decisiones han ahondado la brecha entre sus simpatizantes y detractores en la plaza cairota de Tahrir, en cuyas inmediaciones prosiguieron este domingo los choques esporádicos entre policías y manifestantes.
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