«Estoy convencido de que si el liderazgo palestino se toma las negociaciones tan en serio como nosotros, podemos alcanzar un acuerdo estable, y no sólo un pacto para un alto el fuego táctico entre dos guerras», dijo a sus ministros el jefe del Gobierno, según un comunicado de su oficina.
El objetivo de Netanyahu ante las conversaciones de paz, que se relanzarán el próximo jueves tras año y medio de estancamiento, será el de: «Alcanzar una paz basada en el reconocimiento, la seguridad, la estabilidad y la prosperidad económica entre los dos pueblos duradera para nosotros y para nuestros hijos», declaró.
Objetivos
El jefe del Ejecutivo reiteró los tres objetivos principales que afrontará en las negociaciones: el reconocimiento de Israel como estado nacional del pueblo judío, el final definitivo del conflicto y por tanto de todas las reclamaciones a Israel y el establecimiento de medidas que garanticen la seguridad del estado.
Eso exigirá medidas que aseguren que «no se va a repetir en Judea y Samaria (Cisjordania) lo que ocurrió en Líbano y la franja de Gaza», en referencia a las retiradas unilaterales de esos territorios en 2000 y en 2005.
En ambos casos, dos organizaciones armadas hostiles a Israel y tipificadas como terroristas en este país, Estados Unidos y la Unión Europea (Hizbulá y Hamás, respectivamente) se hicieron con el control del territorio evacuado.
El jefe del Ejecutivo israelí no hizo referencia alguna a la demanda palestina de que se detenga la construcción en las colonias judías en Cisjordania y Jerusalén Este.
El próximo 26 de septiembre, pocas semanas después de que Netanyahu se siente en la mesa de negociación con el presidente palestino, Mahmud Abás, concluye el cese parcial de la ampliación de los asentamientos en Cisjordania que declaró Israel hace nueve meses para crear un clima que condujese al reinicio del diálogo.
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